18.000 contribuyentes más aportan
Las grandes fortunas vuelven a pagar en España: 1.970 millones recaudados por ultrarricos que antes estaban exentos
Los datos En 2023, 853 de los 856 ultrarricos del país contribuyeron al impuesto de patrimonio, frente a solo un cuarto en 2022, gracias al impuesto nacional que obliga a quiénes tenían bonificaciones del 100 % a pagar.

Resumen IA supervisado
Las grandes fortunas españolas están volviendo a contribuir significativamente al Estado tras años de bonificaciones autonómicas que les permitían esquivar el impuesto de patrimonio. En 2023, los ultrarricos con patrimonios superiores a tres millones de euros pagaron 1.970 millones de euros, un aumento del 60 % respecto al año anterior. Anteriormente, comunidades gobernadas por el PP, como Madrid, bonificaban el impuesto, lo que permitía a muchos millonarios no pagar. Sin embargo, con el nuevo impuesto nacional a las grandes fortunas, el 99 % de estos patrimonios ahora contribuyen.
* Resumen supervisado por periodistas.
Después de años esquivando el impuesto de patrimonio gracias a las bonificaciones autonómicas, las grandes fortunas españolas vuelven a contribuir de manera significativa al Estado. Según los últimos datos de la Agencia Tributaria, los ultrarricos con patrimonios superiores a tres millones de euros han abonado 1.970 millones de euros en 2023, un aumento de casi el 60 % respecto al ejercicio anterior.
Durante décadas, muchas comunidades gobernadas por el PP, como Madrid, bonificaron el impuesto hasta el 100 %, dejando a numerosos millonarios sin pagar nada. La excusa recurrente siempre ha sido la misma: "El impuesto de patrimonio no lo tiene nadie" o "todos los demás países lo han eliminado", afirmaciones que incluso pronunció Esperanza Aguirre en 2007. Desde entonces, estas ideas se repitieron como mantra para justificar que los ricos pagaran menos.
La situación empezó a cambiar con la implantación del impuesto nacional a las grandes fortunas, diseñado para que aquellos que no tributaban por patrimonio contribuyeran de manera justa. Hoy, el 99 % de los grandes patrimonios pagan, y 18.000 contribuyentes más se han sumado a las filas de quienes aportan a las arcas públicas.
Un ejemplo claro de este cambio: en 2022 España tenía 852 ultrarricos, pero solo un cuarto pagaba el impuesto. En 2023, de 865 ultrarricos, 853 contribuyeron, prácticamente todos. Como explica Carlos Cruzado, presidente de Gestha, "se están cumpliendo las dos finalidades del impuesto: se recauda y se eliminan las diferencias entre comunidades autónomas que antes beneficiaban a los más ricos".

El impacto también se refleja en las comunidades autónomas. Algunas, como Madrid, reinstauraron el impuesto de patrimonio para asegurarse de que la recaudación no se perdiera y que, al menos, el dinero que debía ir al Estado fuera gestionado a nivel autonómico. Esto demuestra que la medida no solo aumenta ingresos, sino que también equilibra las desigualdades entre regiones.
Hoy, el impuesto a las grandes fortunas sigue vigente como un "vigilante" que garantiza que todos los territorios mantengan su contribución y que los más ricos no queden fuera del sistema. La lección es clara: quienes más tienen, también deben asumir más responsabilidad.