Será porque su éxito en la tierra batida de París levanta ampollas, porque se trata del país vecino o porque en Roland Garros solo ha ganado un francés en los últimos 75 años -y hace ya 39, con Yannick Noah en 1983-, pero lo que está claro es que, a pesar de los novedosos aplausos del respetable en la Philippe-Chatrier, Francia siempre ha tenido entre ceja y ceja a Rafa Nadal.

Después de levantar su 14ª Copa de los Mosqueteros en la capital francesa, revalidando su corona como el rey de Roland Garros, el francés Thibaut Pinot ha replicado a un tuit en el que muestra su 'sorpresa' con las inyecciones, ya que no están permitidas en ciclismo. "Héroes de hoy...", responde citando a un fragmento de una entrevista a Rafa Nadal en la que se le pregunta cuántas veces se ha pinchado durante el campeonato, y a lo que el 22 veces ganador de Grand Slam elude responder: "Es mejor que no lo sepas".

Además, la prensa francesa ha vuelto a dejar caer dudas en torno a las infiltraciones a las que se ha sometido Nadal para 'sofocar' el dolor perenne que sufre en su tobillo izquierdo dado el síndrome de Müller-Weiss.

Ha sido 'L'Équipe', diario que hace dos semanas publicó una provocadora portada que rezaba "Francia 2 - España 0" después de la renovación de Kylian Mbappé y la victoria del Lyon en la final de la Champions femenina ante el Barça (desde entonces, tanto el Real Madrid como Nadal han ganado su 14ª en París), consultando a un médico sobre el tratamiento de Rafa.

En el texto se muestra cierta desconfianza por las inyecciones que le han puesto al español para calmar su dolor.

"Las inyecciones de Rafael Nadal plantean dudas, pero están permitidas. La inyección de anestésicos está autorizada en el tenis", reza el texto.

Antecedentes

Tras perderse los Juegos Olímpicos de Londres en 2012 a causa de una tendinitis después de ganar su séptima Copa de los Mosqueteros, entraron en ebullición los ataques al manacorí.

Primero fueron los famosos guiñoles de 'Canal+ Francia', que presentaban a un hipermusculado Rafa siempre con una jeringuilla, en clara alusión a la acusación de dopaje al tenista español.

Estás imágenes, siempre en clave sátira, vinieron acompañadas de las duras declaraciones que vertió la entonces ministra de Deportes francesa del Gobierno de Sarkozy, Roselyn Bachelot.

"Sabemos más o menos que la famosa lesión de Rafael Nadal que le mantuvo siete meses sin competición fue seguramente debida a un control positivo", dijo la exministra, que posteriormente fue condenada a pagar 10.000 euros después de que el Gobierno de España y el Comité Olímpico Español le denunciara por difamación.

Nadal respondió en la pista y fuera de ella: ganó su octavo Roland Garros ese mismo año (además del Open de Australia) y se desmarcó de las acusaciones. "Estoy muy lejos de eso. Siempre he trabajado muy duro y cuando he estado lesionado nunca he tomado nada prohibido para recuperarme antes", señaló al respecto.

2014, 2017, 2018, 2019, 2020... Rafa sumaba ya 13º títulos en la arcilla parisina, había convertido los escocidos pitos en sinceras ovaciones... pero los altos cargos franceses volvieron al ataque.

En abril de 2021, Jean-Pierre Verdy, exdirector de la Agencia Antidopaje francesa, dejó entrever que las derrotas del manacorí habían coincidido con controles antipoding en los que se mostraba muy "hostil". "Controlarle era un crimen", "perdió al día siguiente de un control", llegó a decir Verdy.

Al final, tras un sinfín de acusaciones, pitos y críticas, la única realidad es el palmarés de Rafa Nadal: ha sumado su decimocuarto título de Roland Garros... y quiere el decimoquinto para no abdicar de su reinado en la tierra batida gala.