Novak Djokovic tiene que marcharse de Australia. El tenista, número 1 del mundo, ha perdido la vista sobre su visado al no ganar su recurso de apelación y ha de salir del país. En un comunicado, dijo estar "profundamente decepcionado con la decisión".

"Desafortunadamente en las últimas semanas el foco de interés he sido yo. Espero que ahora nos podamos centrar en el deporte y el torneo que amo", dijo 'Nole' en un comunicado.

Djokovic, además, deseó suerte a todos: "Me gustaría desear a los jugadores, oficiales del torneo, personal, voluntarios y afición lo mejor para esta edición".

"Y también agradecer a mi familia, a mis amigos, mi equipo, afición y compañeros de equipo serbios su apoyo", prosigue.

El balcánico manda un mensaje: "No puedo quedarme para participar en el Open de Australia. Respeto el fallo del tribunal y cooperare con las autoridades correspondientes".

Todo, después de la decisión de la sala de jueces del Tribunal Federal, que ha decidido cancelar de manera unánime el visado del tenista y dar la razón a Alex Hawk, ministro oceánico.

Djokovic viajó el 5 de enero a Melbourne al contar con una exención médica por no estar vacunado y haberse contagiado recientemente de COVID.

A su llegada, se le canceló su visado y se le detuvo hasta que el pasado lunes se decidió que le fuera devuelto. Finalmente, el proceso volvió a repetirse pero esta vez Djokovic ha perdido el juicio.

Novak iba a debutar este lunes en la pista oceánica ante Miomir Kecmanovic.