Novak Djokovic sigue de dulce. El serbio se proclamó campeón el pasado domingo del Masters 1.000 de París tras batir en dos sets a Grigor Dimitrov por 6-4 y 6-3.

Sin embargo, la andadura de 'Nole' por el torneo no fue un camino de rosas. A parte de cruzarse con rivales que se lo pusieron realmente complicado como Holger Rune o Andrei Rublev, el serbio tuvo que lidiar con problemas estomacales que lo mantuvieron alejado de su máximo nivel durante todo el Masters 1.000.

Es por ello que Djokovic tuvo que adaptarse a sus difíciles condiciones físicas y cambió por completo su dieta: "Yo no podía comer mucho estos días, así que comía solo una vez al día, y luego nada más. Solo tomaba líquidos, porque cualquier cosa que me pusiera en la boca, se hubiera ido muy rápido".

"Pero supongo que para un atleta profesional, una vez que estás en la pista, hay algo muy claro: o dejas que las circunstancias y los sentimientos que tienes en ese momento te dominen o tratas de dominarlos de alguna manera. No hay término medio", añadió en rueda de prensa.

Djokovic dejó constancia una vez más de su increíble capacidad de adaptación y superación en momentos complicados. El serbio está cada vez más cerca de conseguir el número uno y solo un milagro de Carlos Alcaraz en las Finales de Turín podría impedirlo.