Carlos Alcaraz ya es uno de los jugadores más queridos de todo el circuito del tenis. A pesar de su corta edad, sus exhibiciones en cada pista y sus victorias le están creando una reputación más que positiva, que además agiganta todavía más con su actitud en cada partido. Ante Oscar Otte, en tercera ronda de Wimbledon, conquistó el verde británico.

No solo por su victoria, sino también por lo que pasó en dicho encuentro. Todo fue cuando Alcaraz realizó una contrabandeja que se fue por poco fuera de la línea. Otte fue a por la bola, y pudo golpearla antes de que se cantase el 'out'.

Sin embargo, a pesar de que su golpe fue al verde, el juez de silla dijo que el punto debía repetirse, pues según él Otte prosiguió con una jugada que ya no valía.

Los jugadores estaban incrédulos por la acción, al igual que el propio público del All England Club. En ese momento, Alcaraz tomó la decisión.

Carlos, lejos de ver la acción como una opción de recuperar el punto que había perdido, optó por decirle al juez de línea que se lo apuntasen a su rival.

Y así, con estos gestos y acciones, Alcaraz se llevó una tremenda ovación del público y también el respeto de su rival en el mítico Grand Slam.

El partido concluyó con Alcaraz derrotando a Otte en tres sets, por un claro 6-3, 6-1 y 6-2.