Marc Márquez ya sabe lo que es poner la Ducati de Gresini en competición. Ya sabe lo que es haber competido con una moto que es, con los resultados en la mano, la mejor y la más completa de la parrilla de MotoGP. En su primera vez, casi al podio de Qatar.

Casi entre los mejores de Losail. En un debut, en un primer contacto. Disfrutó. Peleó. Y, cuidado, sacó incluso la calculadora para medir cada riesgo y sumar unos puntos que bien pueden ser claves en el Mundial.

Ahora, en Portugal, Márquez ha hablado. En palabras que recogen en el diario As, el gran campeón que queda de la competición ha reconocido que todavía, lógicamente, ha de adaptarse a su nueva moto.

"Y los neumáticos..."

"Venía de una moto en la que iba mejor detrás de gente. Los tiempos bajaban más rápido", cuenta.

Pero con la Ducati es otra historia: "Ahora detrás pierdes unos puntos que luego no recuperas. Ahí vi que los neumáticos se comportan diferente también".

"Son cosas. Cositas. Hay que ir puliéndolas poco a poco. A saber si son puntuales de una pista o no, pero son cosas que se ven tras cuatro o cinco carreras", relata.

Y en ello está: "Quizá ahora digo que estoy en un 90% en cuanto a rendimiento, pero en tres carreras te digo que es un 70 o un 100. Me estoy adaptando muy bien".

"He podido ver que es una moto bastante diferente cuando vas detrás de un piloto. Con la Honda iba más cómodo", afirma.

De momento, Portimao. Segunda carrera del Mundial. Marc, listo. Preparado. Con una Ducati con la que en su debut casi se sube al podio.