Líderes del Mundial de pilotos y constructores de Fórmula 1, en Red Bull atraviesan buenos tiempos, y eso se percibe también lejos fuera de la pista.
La marca de las bebidas energéticas, una de las que mejor marketing tiene en el 'Gran Circo', ha realizado un increíble 'road trip' denominado 'de castillo a castillo' en el que un Red Bull y un avión invertido se enfrentan a un duelo de velocidad.
El RB7 pilotado por David Coulthard se mide al avión de competición invertido Extra 300 SR dirigido por Martin Šonka, campeón del mundo de 2018 de Red Bull Air Race.
De República Checa a Eslovaquia, ambos se miden, separados por escasos metros, en el Aeródromo de Poprad, dejando una estampa espectacular con las montañas eslovacas nevadas al fondo.
"Lo genial de la película es que todo es real. Cuando el avión está sólo unos metros más arriba del RB7 y boca abajo, eso es real y depende de las habilidades de Martin. Él es un profesional al máximo nivel", ha señalado Coulthard.
Por su parte, Šonka ha destacado la dificultad que ha supuesto para ambos pilotar a tan poca distancia: "Teníamos ambos una visión muy limitada de nuestros cockpits y para mí pilotar a una altura tan baja e invertido me hacía tener que mirar al frente para poder controlar la altura del avión. El piloto también tiene que mirar al frente y por las restricciones que tienen su cabeza y su cuello, no puede mirar arriba".
"Así que resolvimos el problema colocando un pequeño espejo delante de él, para que pudiera verme y mirar hacia delante. Fue increíble volar en una formación así. Soy un gran aficionado a la Fórmula 1, así que ver un coche tan cerca del cockpit de mi avión fue algo muy especial", ha zanjado el campeón de Red Bull Air Race.