Max Verstappen ya tiene su segundo título del mundo de la Fórmula 1. El neerlandés vivió en Japón la que puede considerarse como la celebración de un Mundial más extraña de toda la historia en una prueba en la que le sumaron 25 puntos por ganar... tras apenas 40 minutos de carrera.

Ni él mismo sabía que era campeón cuando se bajó del coche. Cuando se bajó de un Red Bull que hizo doblete por la sanción a Charles Leclerc tras saltarse la última 'chicane' de Suzuka. Ganó ventaja, así que cinco segundos de penalización y de ser segundo pasó a ser tercero.

Sí, ahí ya se daba lo que debía darse para que Verstappen fuera campeón. Sin embargo, la carrera de Suzuka fue especial. Porque se detuvo durante horas, y porque apenas se corrió durante 40 minutos. En ese sentido, hay que rebuscar y mucho para encontrar el motivo por el que le dieron los 25 puntos.

Y es que la FIA considera la carrera de Suzuka como terminada y no suspendida, por lo que al pasar por la bandera a cuadros, Verstappen suma las 25 unidades necesarias para hacerse con el Mundial.

Campeón, y en casa de Honda

El neerlandés iba a ser campeón sí o sí, pero en Japón era especial. Japón era la casa, y es, la casa de Honda. La casa del socio de Red Bull. Del motorista y de la marca con la que han vuelto a lo más alto de la F1. Sí, era el día marcado en rojo.

Uno en el que, tras lo sucedido en Singapur, no se podía fallar. No podía haber ni un solo error. Ni con la gasolina ni con el propio pilotaje. Verstappen, y Red Bull, lo sabía, y en Suzuka rozaron la perfección en unas condiciones que peores no podían ser.

Primero, a la pole. Luego, una salida más que complicada por un Charles Leclerc que atacó desde el primer momento. El neerlandés, que tenía más para perder que para ganar, no se amilanó y no levantó el pie por el exterior en la curva 1. Llovía. Neumáticos intermedios. Carlos Sainz, 'aquaplanning' y adiós a la carrera.

Gasly, el comisario... y la grúa: la FIA, bajo la lupa

Ahí llegó el momento. Bandera roja, por lo complicado que se puso todo al caer más y más agua. Y porque cómo para no sacarla. Pierre Gasly casi atropella a un comisarioque estaba en medio de la pista, y además se encontró una grúa que recordó y mucho a todo lo sucedido con Jules Bianchi.

Muchas fueron las reacciones que hubo en redes sociales, como Sergio Pérez y como la del propio padre del expiloto de Marussia. La grúa estaba en pista con los monoplazas en el asfalto, y Gasly, mientras tanto, investigado.

Verstappen, la perfección hecha piloto en Japón

Se pudo relanzar la carrera, y Verstappen estuvo imperial. Poco a poco le fue ganando distancia a Leclerc en una pista de complicadas condiciones. Fue al poner intermedios, entrando y reaccionando rápido a una pista que iba secándose conforme pasaban los monoplazas.

Ya no había rival alguno. Tan solo el agua, de la que ya no había previsión, o un fallo mecánico, podían arruinar el triunfo de Verstappen. Faltaba para el título, eso sí, otra condición.

Se dio. Leclerc quedó tercero tras penalizar en la última 'chicane' de Suzuka. Cinco segundos, y Perez, plata en Japón. Sí, Verstappen, por considerarse carrera terminada, sumaba 25 puntos.

Bicampeón sin límites

Sumaba lo necesario para llegar a Estados Unidos, la próxima cita del Mundial, ya como bicampeón del mundo. Iguala a otros grandes, como Fernando Alonso, y a saber cuál es el límite de un piloto, joven, que está donde debe estar en el momento en el que debe estar.