Uno de los objetivos de la FIA era acabar con los conflictos políticos ya que en numerosas ocasiones los pilotos han utilizado los canales oficiales para reivindicar ciertos mensajes que consideran que pueden ser polémicos y desvían la atención del deporte.

Para los entrenamientos libres con los que arranca la temporada 2023, Lewis Hamilton no ha querido perder la oportunidad de lucir un casco con los colores de la bandera LGTBI, curiosamente en Bahrain, un país de Oriente Medio donde existe limitación a los derechos humanos.

El piloto británico ha aprovechado en más ocasiones el poder de la Fórmula 1 para reflejar mensajes políticos en varias situaciones durante los últimos años.

Alguna de ellas causaron malestar entre los directivos de la compañía, como cuando posó con una camiseta con el eslogan 'Black Lives Matter' u otra con el mensaje 'Detengan a los policías que mataron a Breonna Taylor'.

Para remediar estas situaciones, el organismo de la FIA actualizó el pasado mes de diciembre el Código Deportivo para que ningún piloto realizase declaraciones religiosas. políticas o personales: "La realización y exhibición general de declaraciones o comentarios políticos, religiosos y personales, violan el principio general de neutralidad promovido por la FIA bajo sus estatutos, a menos que haya sido previamente aprobado por escrito por la FIA".

Por si fuera poco, el piloto de Mercedes ya dejó pistas de que él iba a seguir su misma línea: "Nada me impedirá hablar de las cosas que me apasionan y de los problemas que existen".

A esas declaraciones añadió: "El deporte tiene una responsabilidad, la de expresarse siempre sobre los temas importantes para concienciar, particularmente cuando viajamos a todos estos lugares distintos".

Habrá que esperar si alguien en representación de la FIA emite una respuesta ante esta reivindicación del heptacampeón del mundo. Si el piloto no recibió ninguna aprobación, podría llegar a tener una sanción.