No es ni mucho menos México el lugar en el que Fernando Alonso más disfruta en la Fórmula 1. No, no lo es. Ni mucho menos. Y no lo es no solo mirando lo sucedido en este fin de semana, sino también mirando unos datos en los que queda claro lo que es esta prueba para un asturiano que no se siente cómodo en el Hermanos Rodríguez.
Se ha visto en este curso. En este año. En un 2023 en el que en los Libres ya se iba notando que iba a tocar sufrir. Salidas de pista, trompos... y en clasificación, bandera amarilla. Provocada por él. Provocado por un piloto que incluso ha llegado a reconocer que no está en su "mejor nivel".
Y en México es así. Porque han sido siete en las ocasiones en las que Fernando Alonso ha participado en este Gran Premio y, aunque parezca mentira, suma más abandonos que puntos en esta pista tan peculiar por su altura.
En 2015, una vuelta y adiós
El último de sus noqueos, en este mismo 2023. Este año, adiós en la vuelta 49. Tampoco es que... Iba prácticamente último. Sin ritmo. Sin opciones. Sin prestaciones. Nada, horrible, al nivel Aston Martin salvo en EEUU en este tramo de Mundial.
Segundo consecutivo, pues en 2022 también acabó fuera por un problema mecánico, uno de tantos, del Alpine en espectáculo en las radios que dejó muy retratado al equipo francés.
Los otros dos, con McLaren. En el 2018, con motor Renault, y en 2015, con Honda. Ahí dio una vuelta y fue directo al garaje. "Salimos por respeto a los fans", afirmó.
Un punto en 2017, dos en 2021
Sí, cuatro abandonos. Cuatro abandonos y tres puntos. Uno en 2017, con McLaren; y otros dos con el equipo Alpine en 2021. En 2016 acabó sin puntuar.
Continúa pues esta especie de 'maldición' para Fernando Alonso en México, en un fin de semana, en este 2023, en el que la mejor noticia es que ya ha acabado todo.
Considerado "parte activa"
La UCO sostiene que Piqué fue "parte activa" en el contrato de la RFEF de Rubiales con Arabia Saudí para la Supercopa
El contexto Según el informe de la UCO al que ha tenido acceso laSexta, los investigadores atribuyen al exjugador un papel más relevante del que se creía en la adjudicación del contrato de la Supercopa de España.