El español Carlos Sainz (Toro Rosso), que arrancará décimo en el Gran Premio de Austria, el noveno del Mundial de Fórmula 1, en el Red Bull Ring, dijo que fue "una pena" tener que abortar su último intento por la bandera amarilla que se sacó a consecuencia del accidente del francés Romain Grosjean (Haas). "Ha sido una pena, porque no he podido hacer mi tiempo final con los neumáticos nuevos, y creo que aún tenía ahí algo más. Pero bueno, ha salido esa bandera amarilla y así son las cosas", indicó..

"Desde los terceros (entrenamientos) libres he visto que podía hacer algo bueno en la calificación, y de la Q1 en adelante he marcado tiempos muy rápidos", indicó Sainz, nacido hace 22 años en Madrid. "Hemos pasado a la Q3 y estaba listo para el siguiente paso, pero no ha sido posible", comentó el hijo del doble campeón mundial español de rallys.

Sainz contradijo la idea de que esta pista les iba a venir bien a los Toro Rosso: "Fácil no era ¿no? Si no, estaríamos como en Mónaco, con los dos coches en el 'top 7'. Hay que valorar el día de hoy en su justa medida. No era un circuito fácil, pero bueno, ahora ya a pensar en la carrera, que hay que terminar el trabajo".

El madrileño ya pone la mente en la carrera: "Delante tenemos un par de (coches de) Force India, que seguro que se cubrirán muy bien el uno al otro, y a ver qué se puede hacer; luego está Grosjean, que se ha parado en pista, así que estamos cerca del 'top 7', que es el objetivo de casi en cada carrera; aunque creíamos que éste no era el circuito para lograrlo, pero nos hemos llevado una sorpresa".