Tras una décima etapa muy difícil para Carlos Sainz con tres pinchazos y con Sebastian Loeb restándole cada vez más tiempo, el madrileño explotó después de bajarse de su Audi.

El piloto se fue directo a por Max Delfino, copiloto de Romain Dumas, y le recriminó que no le dejaran pasar cuando venía con más velocidad y, sobre todo, después de los 'sentinels' que le llegaron, es decir, los avisos que informan que el piloto de detrás va más rápido.

"Os tengo mucho respeto, pero no entiendo por qué os habéis comportado así. Y ahora iré a la FIA y apelaré, porque ya es la segunda vez", expresó Sainz, haciendo referencia a lo ocurrido en la cuarta etapa.

De hecho, tal era el desacuerdo con Delfino que le hizo una apuesta: "Tienes que tener 20 sentinels en el registro. Si no los tienes, te pago una cerveza".

Este jueves, Carlos Sainz se juega gran parte del Dakar en la penúltima y más difícil etapa. Por el momento, guarda cierto colchón con Loeb.