En Martinsville (Estados Unidos) se ha disputado una carrera de coches de último modelo en una de las categorías inferiores de la NASCAR. La carrera pasó a un segundo plano tras una brutal y repetida agresión de un piloto a otro. Andrew Grady propinó varios puñetazos a Davey Callihan y patadas a su coche tras un incidente entre ambos.

Ambos habían chocado durante la sesión clasificatoria y, al finalizar el entrenamiento, Grady fue a pedir explicaciones a su rival. Entonces perdió el control y empezó a agredir a Callihan, que no podía salir de su coche. Tuvo que ser separado por varias personas ante los incesantes puñetazos.

Posteriormente, Andrew Grady justificó su agresión. Afirmó que Callihan le sonrió irónicamente cuando fue a hablar con él: "Se burlo de mí, por lo que decidí hacerle un 'Mike Tyson en su cabeza". "Hay idiotas que no pueden manejar una máquina de cortar pasto y mucho menos un coche de último modelo en Martinsville", añadió.

Por su parte, Callihan se defendió, aunque pidió perdón a Grady: "Son carreras duras. Me disculpo con él primero, pero estamos luchando por nuestra vida ahí fuera. Así que hice lo que tenía que hacer". Además, el piloto agredido negó haberse burlado de Grady.