Acusado de siete violaciones, una agresión sexual y un intento de violación, Benjamin Mendy se enfrenta a una pena de entre 5 y 20 años de cárcel, que podría llegar incluso a la cadena perpetua.

Tras escuchar los testimonios de las víctimas en los últimos meses, el tribunal de Chester (Gran Bretaña) ha atendido a las explicaciones de Mendy, futbolista francés que quedó apartado del Manchester City tras salir a la luz las gravísimas acusaciones.

El ganador del Mundial en 2018 ha explicado que su condición de futbolista le hacía ligar más: "Sé que no soy Brad Pitt, pero las mujeres se acercaron a mí... No por mi apariencia, sino por el fútbol".

Cuando llegó a la Premier, este interés, según él, "creció 10 veces más". Mendy ha señalado que salía dos o tres veces por semana, invitaba a chicas a sumansión de los horroresy mantenía relaciones con ellas.

"Estaba disfrutando de la casa, estaba disfrutando de las mujeres. Estaba tan feliz de estar en el Manchester City, tan emocionado. También estaba entusiasmado con el fútbol", ha asegurado.

"Fui directo sobre lo que yo quería y lo que ellas querían. En ese momento no estaba pensando si podrían estar molestas. Si ellas querían sexo y yo quería sexo, estaba bien. Seguía con mi fiesta. Estaba disfrutando del sexo con muchas mujeres. La mayoría de las veces eran ellas las que venían a por mí, pero a veces yo también las buscaba", ha añadido.

Ante la pregunta de su abogada sobre cómo habría reaccionado si las mujeres se hubieran negado, Mendy es claro: "Estaría bien, lo aceptaría y pararía. Me gusta tener sexo con alguien que también lo disfruta".

Eso sí, el lateral ahora ve su actitud como "irrespetuosa" dada su promiscuidad: "Para mí, era normal, pero ahora me doy cuenta de que suena extraño. No puedo gritar 'sí, amo el sexo' porque parecería raro".