El Real Madrid de Santiago Solari carbura. No lo hizo en Ipurua, pero seis victorias en siete partidos son buena muestra de que el argentino ha dado con la tecla que Lopetegui no llegó a rozar salvo en contadas ocasiones. Además, no solo hay buenas noticias en cuanto a resultados, sino también en una serie de jugadores que están respondiendo de la mejor forma posible cuando más se les necesita.

Y es que, por ejemplo, Marcos Llorente ha pasado de estar a un paso de irse cedido a demostrar que, aun sin apenas ritmo de competición, es un mediocentro capaz de cubrir a Casemiro cuando el brasileño no esté o cuando necesite descanso. Tras un año sin apenas participación, su actuación en Roma y ante el Valencia fue de las que gustan a los entrenadores. Máxima implicación aún con la falta de tiempo de juego.

Además, Reguilón. El lateral izquierdo siempre ha sido un 'problema' para el Real Madrid. No por Marcelo, sino por quién hace de Marcelo cuando él no pueda jugar. Coentrao, poco. Theo, menos aún. Y Nacho, a pesar de haber actuado en la banda zurda en varias ocasiones, se desenvuelve mejor de central. El canterano cumplió con creces ante el Valencia.

Otra buena noticia para Solari, como también son buenas nuevas la cada vez mayor seguridad que transmite Thibaut Courtois y el desempeño de Dani Ceballos y de Karim Benzema. Sin embargo, no todo son luces en este Real Madrid de Solari, y es que hay tres jugadores que o bien necesitan tiempo o bien siguen sin enterarse de qué va la fiesta.

Este segundo caso es el de Gareth Bale. El galés está, o sigue estando, ausente. Marcó ante la Roma, pero todo vino más que por su acierto por el infantil error en la salida de balón de los 'giallorossi'. Contra el Valencia fue el menos activo de todos cuantos jugaron, y la afición madridista le despidió con pitos cuando Asensio entró al verde.

Precisamente el balear es otro de los que ha bajado su nivel de forma considerable. Falto de ritmo, de velocidad... y sobre todo, falto de confianza. Ni con el Real Madrid ni con España está suelto, y su recuperación es clave para el proyecto blanco. Al igual que Isco, que sigue sin entrar en un once inicial con Solari llegando incluso a pisar la grada en Roma.