La primera polémica de las chirigotas fue decapitar a Puigdemont, por ello les acusaron de anticatalanismo. Hasta tuvieron que dar explicaciones en Más Vale Tarde.

Y la segunda polémica fue con los antitaurinos por la letra de "esto no es un maltrato, el toro es feliz entrando al trapo". Y hasta hay polémica con la hija de Belén Esteban y Jesulín de Ubrique por decir que "la niña es horrible".

Andrea Janeiro envió un requerimiento legal para que la chirigota rectificase. Y lo hicieron, pero casi fue peor, porque bromearon con animarla a miss España. Y al final, han tenido que pedir perdón.

¿Qué está pasando? Los protagonistas de las chirigotas afirman que "todo el mundo tiene derecho a ofenderse", pero piden que no haya censura previa ni posterior porque todo es en tono de humor.

Otra polémica surja con una chirigota caricaturizada de africanos, pintados de negro y salvajes. Moha Gerehou, presidente de SOS Racismo, explica que esto "sí es racista, otra cosa es que la hagan con tono de humor pero es una imagen de negro estereotipada y ridiculizada que no representa a la mayoría".

Ahí está el debate. ¿Es la tiranía de lo políticamente correcto o que cada vez nos importa más el respeto a los demás?.