El Palacio de Godoy lleva más de 200 años viviendo en Madrid, pero no ha sido hasta ahora cuando ha despertado la curiosidad de los vecinos y los turistas. Y ya hay quien se asoma, saca fotos e incluso hace agujeros en la tela de la valla para ver qué hay tras la misma. Numerosas personas que pasan diariamente por la Plaza de España de Madrid se paran a contemplar unos segundos las obras que han dejado al descubierto los restos del antiguo palacio.

"Que se musealice, y en vez de mirarlo a través de la valla, que podamos ver los restos, que nos expliquen lo que son, con sus planos, dibujos e infografías", reclama la arqueóloga Alicia Torija. De momento, han aparecido los sótanos del palacio, un gasómetro y hasta un horno de pan en el lugar donde estaba prevista la construcción de un túnel, que ahora debe readaptarse.

"La obra no es muy difícil de hacer, tendríamos que bajar por debajo de las ruinas y poner unos micropilotes que las protejan. Queremos que estas ruinas sean visitables y que puedan unirse, si Cultura lo estima conveniente, a un relato de lo que es la historia de Madrid", ha apuntado Paloma García Serrano, delegada del Área de Obras y Equipamientos del Ayuntamiento de Madrid.

Todo cambió con el ensanche de la Calle Bailén, que obligó a demoler parte de un edificio que continuaba hasta el final de la misma calle. Ante el hallazgo, algunas asociaciones lamentan que en la capital no existan servicios como el de arqueología.

"En las primeras visitas que hicimos acompañados de algunos responsables del Ayuntamiento, las primeras cosas que nos transmitieron fue que los restos 'no eran muy importantes'. Eso no hubiera ocurrido si la persona que hizo la visita hubiese sido un arqueólogo", denuncia Alicia Torija.

El Ayuntamiento de Madrid ya ha mandado el proyecto de conservación a la Dirección General de Patrimonio de la Comunidad de Madrid. Una vez finalicen las obras, serán las áreas de Cultura y Turismo, las que velen por el futuro de este viejo, ilustre y ahora también famoso, vecino de Madrid.