Un cuadro de Francisco de Goya desaparecido durante la Guerra de Independencia ha aparecido ahora en la Comunidad de Madrid, más de 200 años después de que se le perdiera la pista. Se trata del retrato del rey Fernando VII que Talavera de la Reina encargó hace 216 años al pintor. Un cuadro de 69 por 60,5 centímetros cuyo valor, según el abogado y tasador de arte Javier Gallego, que ha dado con su paradero, se sitúa entre los 15 y los 20 millones de euros.

Todo comenzó en 1808, cuando el Ayuntamiento de la localidad toledana encargó a Goya un retrato de medio cuerpo de Fernando VII a sus 23 años, uniformado con la banda Carlos III, insignias y el Toisón de Oro -la misma joya real que en enero de 2018 Felipe VI impuso a la princesa Leonor-. En aquel momento muchos ayuntamientos encargaron a diversos artistas retratos del monarca, como muestra de lealtad.

A finales de ese verano, la Sociedad Galarza y Goicoechea, empresa conformada por los consuegros de Goya, trasladó el retrato desde Madrid hasta Talavera en mula, pero, según la teoría de Gallego, durante la Guerra de la Independencia el cuadro desapareció ya que "había orden expresa de saquear". Para sustituirlo, el ayuntamiento pidió al pintor Vicente López Portaña que hiciera una réplica, que actualmente se encuentra en los espacios de Alcaldía del Consistorio de Talavera de la Reina.

Tras la derrota de los franceses en 1813, España recuperó algunos cuadros incautados por el ejército de Napoleón, entre ellos este retrato, y lo regaló al duque de Wellington. En la década de 1990 el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIF) publicó que había constancia del pago del Ayuntamiento de Talavera al pintor por el retrato y ahí comenzó la curiosidad de Gallego por este asunto.

El pasado mes de marzo, Gallego recibió "una enigmática llamada de un abogado" que le dijo que uno de sus clientes era el actual propietario de la obra, que la había comprado años antes, legítimamente, en una subasta pública y comunicado al Ministerio de Cultura.

Según Gallego, las pruebas realizadas hasta ahora confirman que se trata del retrato desaparecido: la firma de Goya en el bastidor del lienzo, el sello de Galarza y Goicoechea, los estudios de pigmento, las inscripciones en el anverso del duque de Wellington, el recibo de pago del ayuntamiento, el recibo de entrega y las dimensiones.

Además, las radiografías han revelado un segundo retrato de Fernando VII detrás del lienzo, que se va a intentar recuperar con inteligencia artificial. "En ese momento de guerra, los puertos europeos estaban bloqueados por la armada inglesa, lo que provocaba escasez material y Goya tenía que reutilizar cuadros", señala Gallego.

El actual dueño de la pintura pretende exponer el cuadro en depósito en Talavera durante al menos tres años para que se pueda visitar, ya lo ha planteado al Ayuntamiento y, según Gallego, "hay plena sintonía para que se lleve a cabo".