'MVT en Acción'

Una noche junto a la Policía en la Feria de Murcia: del aviso de atraco en una gasolinera, al inquilino que intenta estrangular a su casera

El contexto 'MVT en Acción' patrulla durante ocho horas junto a varios agentes de la Policía. Descubrimos cómo se vive por la noche la Feria de Murcia y todo lo que sucede en sus calles y viviendas cercanas.

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Este jueves, en 'MVT en Acción', se ha vuelto a unir a la Policía Nacional para patrullar, durante ocho horas, junto a varios agentes. Todo, para descubrir cómo se vive por la noche la Feria de Murcia y lo que sucede en sus calles y viviendas cercanas.

Muchas horas, que han dado para ver cómo el mando operativo de la Policía vigila en su coche patrulla a los llamados ‘lobos de la noche', expertos delincuentes en robos con violencia. "Tienes antecedentes por robo, sabemos cómo vas vestido, espero que no tengamos problemas esta noche", advierten los agentes a uno de ellos.

El jefe del turno de noche del GAC, el grupo de Atención al Ciudadano de la Policía Nacional de Murcia, nos cita a las 22:00 horas en la Jefatura Superior de Policía de Murcia. La feria está en plena efervescencia con diferentes recintos donde se concentra la multitud. El primer aviso hace saltar todas las alarmas.

El botón de atraco de una gasolinera alerta de un posible robo. El hecho de que se trate de un establecimiento de este tipo convierte la intervención en prioritaria. En este caso, la comunicación con el establecimiento no es lo más recomendable porque, nos dice el subinspector al mando, “los atracadores se podrían poner nerviosos”. Apenas unos minutos después, llegamos a la gasolinera.

Aparentemente, todo está en orden, el establecimiento está cerrado, y no hay signos de robo. Solo se ve un coche estacionado en la parte trasera, con el conductor dentro y que segura haber salido de un salón de juego cercano. Ante lo extraño de la situación, los agentes interrogan al conductor y lo identifican. Todo es correcto, se trata de una falsa alarma. Pero la noche solo está empezando.

La llamada de un vecino alertando de los gritos de una mujer y los golpes que supuestamente está recibiendo de su pareja nos hace cruzar a toda velocidad la ciudad, dejando atrás las luces y el jolgorio propios de la feria. El aviso es en El Palmar, en un domicilio que los agentes ya conocen. El jefe del turno de noche confirma, tras bajar del coche patrulla, que al hombre en cuestión ya lo han detenido en otra ocasión, al tiempo que indica a otros efectivos que vigilen la puerta trasera del inmueble ante la posibilidad de que tratase de huir.

La víctima tarda unos minutos en abrir la puerta principal de la casa, lo que incrementa la preocupación de los agentes. "Nuestra prioridad ahora mismo es asegurarnos de que la integridad física de la mujer no corre peligro y que se encuentra bien”, nos dice el mando policial, mientras la espera se hace eterna y un par de vecinos nos confirman fuera de cámara que se han escuchado gritos, golpes e incluso la palabra ‘auxilio’. Finalmente, la mujer abre la puerta y los policías detienen a su pareja. Tenía en vigor una orden de alejamiento, lo que supone un quebrantamiento de condena.

Entrada ya la madrugada, la vigilancia y los controles se estrechan en las zonas de ocio. Sobre los conocidos como ‘lobos’ de la noche, delincuentes expertos en robos con violencia a quienes el alcohol y la fiesta hacen bajar la guardia. "Últimamente, se están produciendo muchos robos de móviles en zonas de ocio y el modus operandi de quienes los cometen es que van en patinete, como esta persona”. Se refiere a un joven al que descubren en una zona oscura y que levanta las sospechas de los agentes.

Tras identificarlo, comprueban que tiene antecedentes por robo y creen que puede estar esperando el momento para volver a actuar. "Tienes antecedentes, algún robo, espero que no tengamos problemas esta noche", le advierte el subinspector a lo que el joven contesta. "Estoy trabajando, no voy a tocar a nadie".

La noche está a punto de terminar cuando salta el último aviso, es la propia víctima la que llama para pedir ayuda, el hombre al que le tiene alquilada una habitación le ha pegado y ha huido. A nuestra llegada a la vivienda la mujer sufre una crisis nerviosa, y asegura que el inquilino le ha pegado y ha intentado estrangularla. "Le he dicho que se marchara, que ya no lo aguantábamos más, y me ha pegado, me ha pegado”, le dice a los agentes entre lágrimas, a lo que estos le aconsejan que vaya a un médico y luego presente una denuncia.