En Islandia, más allá del árbol navideño, las vacaciones, las compras compulsivas y las comidas en exceso hay algo que marca mucho más estas fechas para las familias del país, el Jólabókaflóð, cuya traducción literal sería algo así como 'inundación navideña de libros' (Jól es Navidad, Bók libro y Flód inundación).

La festividad cumbre de la Navidad en Islandia se celebra el 24 de Diciembre, en Nochebuena, momento de reunión familiar con su cena al igual que aquí, pero con la diferencia de que no se espera la día de Navidad para abrir los regalos, se abren después de cenar y de haber ayudado todos a recoger bien la mesa.

El regalo por excelencia en dicho país en esta época es el libro. Desde la II Guerra Mundial, momento en el que el país se independizó de Dinamarca (1944), dado que el papel era uno de los pocos (sino el único) elementos que no se reaccionaba, los islandeses comenzaron a regalarse libros y más libros como obsequio.

La tradición se consolidó y hoy en día, pese a la intrusión de los smartphones, tablets y demás dispositivos electrónicos, la gran mayoría de los islandeses sigue siendo fieles a esta bonita y cultural tradición que abarca todas las edades y la noche del 24 de diciembre la siguen pasando en familia leyendo los libros que se han regalado. Se empiezan a leer esa misma noche todos juntos.

Tal es el arraigo de esta costumbre que, como explican desde el Centro Islandés de Literatura, las editoriales sacan sus grandes novedades los meses antes de Navidad, es más, incluso se publica un catálogo, el Bókatíðindi (el libro boletín) y se envía a todos los domicilios en el mes de noviembre para que vayan eligiendo los libros que quieren regalar.