Llegó a cubrir pueblos enteros mientras el volcán de La Palma se encontraba en erupción y ahora, la ceniza del Cumbre Vieja podría tener una salida, un uso más allá del que algunos han hecho de ellallevándosela como souvenir tras su visita a la isla.

Son toneladas y toneladas de polvo negrolas que los palmeros han tenido queretirar de sus casas, sus campos, sus carreteras, y su vehículos... Aparentemente polvo inútil que podría servir para producir cemento.

Es en lo que trabaja un equipo de la Universitat Politècnica de València (UPV), valorando su potencial uso en la fabricación de cementos y hormigones. Hasta ahora, los estudios realizados por los investigadores del Grupo de Investigación Química de los Materiales de Construcción (GIQUIMA) del Instituto de Ciencia y Tecnología del Hormigón (ICITECH) de la UPV demuestran que estas cenizas cumplen con los requisitos normativos para su uso como adición mineral en cementos.

Concretamente, son cenizas volcánicas suficientemente reactivas para ser aplicadas en la fabricación de cementos con adiciones (del tipo II) o cementos puzolánicos (de tipo IV). Asimismo, las cenizas muestran una buena homogeneidad teniendo en cuenta las diversas procedencias de las muestras recogidas.

Esta es una muy buena noticia, teniendo en cuenta que las cenizas del volcán deben considerarse como un residuo natural, un material que ocupa infraestructuras, vías de comunicación, campos de cultivo y viviendas, y de ahí la importancia de llevar a cabo estos estudios para poder reaprovechar este material.

"A la vista de los primeros resultados de nuestro estudio, los materiales basados en cemento constituyen una gran alternativa para la gestión de ese gran volumen de material residual", explica Lourdes Soriano, investigadora. Esto ayudaría a preservar el medio ambiente al tiempo que permitiría recuperar una parte de la actividad social y económica de la isla.