En el trabajo han participado también el Hospital Universitari i Politècnic La Fe, la Universitat de les Illes Balears (UIB), la Universidad de Granada (UGR), la Universitat de València (UV) y colaborado la Asociación Valenciana de Afectados de Fibromialgia (AVAFI).
Las conclusiones del estudio se han publicado en la revista científica 'PLOS ONE', tal y como ha explicado la UPV en un comunicado. En el estudio se profundiza "en el conocimiento sobre las modificaciones en el funcionamiento del cerebro como consecuencia del dolor crónico y las emociones negativas" que sufren los pacientes. Los responsables de la investigación aseguran que, en comparación con la población general, "las pacientes con fibromialgia muestran una mayor complejidad en la señal de velocidad de flujo sanguíneo".
Además, han observado correlaciones de estos parámetros con los niveles de dolor clínico, ansiedad y depresión medidos por cuestionarios. La investigadora y profesora de Psicobiología de la Universitat de València, Patricia Mesa Gresa, ha explicado que este tipo de resultados "son interesantes para entender el funcionamiento cerebral de los pacientes con fibromialgia, así como su posible relación con la sintomatología psicológica y emocional que suelen mostrar". "Además, es especialmente relevante a la hora de plantear estrategias de intervención psicológica eficaces", ha añadido.
El objetivo principal del estudio ha sido caracterizar en condiciones de reposo la velocidad de flujo sanguíneo cerebral de pacientes con fibromialgia, "para así tener mejor conocimiento de las relaciones entre patrones específicos de actividad cerebral y la percepción del dolor de estas pacientes".
En el trabajo participaron 15 mujeres con fibromialgia y 15 mujeres sanas -con edades comprendidas entre 33 y 67 años- que debían permanecer en reposo durante 5 minutos mientras se les monitorizaba la velocidad de flujo sanguíneo en las arterias cerebrales medias y anteriores haciendo uso de una técnica llamada Doppler Transcraneal, según se explica en el comunicado.
La profesora Titular de Universidad del Departamento de Ingeniería Gráfica de la UPV y coordinadora del estudio, Beatriz Rey, ha aseverado que se eligieron estas arterias porque "irrigan distintas regiones cerebrales relacionadas con el dolor". "Se preveía que podrían observarse distintos patrones de velocidad de flujo sanguíneo en las mismas al comparar entre pacientes y población general", ha añadido.
Por su parte, el investigador del Departamento de Ingeniería Gráfica de la UPV Alejandro Rodríguez ha señalado que un mejor conocimiento de las bases cerebrales del dolor "puede ayudar en un futuro a diseñar tratamientos que permitan a las pacientes gestionar mejor las molestias crónicas".
La UPV asegura que, desde el punto de vista científico, "la comprensión de cómo se cronifica el dolor y cómo se pueden revertir sus efectos es uno de los retos científicos más importantes en Europa para el siglo XXI", dado que afecta a un veinte por ciento de la población, y "su coste puede llegar a superar el tres por ciento del producto interior bruto en los países desarrollados".
El investigador del grupo de Neurociencia Cognitivoafectiva y Psicologia Clínica de la Universitat de les Illes Balears Pedro Montoya ha subrayado que este estudio "demuestra que los cambios afectan principalmente a las regiones responsables de percibir y aliviar el dolor".
"Es posible que la persistencia del dolor a lo largo del tiempo sea consecuencia de estas alteraciones y, por lo tanto, los esfuerzos se tienen que dirigir a mejorar el conocimiento sobre cómo revertir estos cambios para que el cerebro pueda funcionar de una manera más adaptativa", ha añadido.
El trabajo forma parte del proyecto BRAIN2PAIN ("Modulación de la actividad cerebral para aliviar el dolor: aportaciones del Doppler Transcraneal), financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad.