¿Es posible vivir 150 años?

Xi Jinping y Putin sueñan con la inmortalidad, pero la ciencia duda: la genética podría ser la verdadera clave

El contexto Durante los actos en China por el 80 aniversario del fin de la II Guerra Mundial, un micrófono abierto reveló la charla de los líderes sobre prolongar la vida mediante trasplantes y órganos creados en laboratorio.

Xi Jinping y Putin sueñan con la inmortalidad, pero la ciencia duda: la genética podría ser la verdadera clave

Los presidentes de Rusia y China, Vladímir Putin y Xi Jinping, tienen 72 años y parecen decididos a desafiar a la vejez... y a la muerte. Durante los actos en China por el 80 aniversario del final de la II Guerra Mundial, un micrófono abierto captó una conversación: hablaban de cómo prolongar sus vidas gracias a los trasplantes de órganos y la biotecnología.

"Hoy eres un niño a los 70 años", le dijo Xi a Putin. El mandatario ruso, que lleva 25 años al frente de su país, respondió: "Gracias a la biotecnología, los órganos humanos podrán ser trasplantados constantemente. Las personas podrán vivir cada vez más tiempo e incluso alcanzar la inmortalidad". Xi añadió una predicción más ambiciosa: "Este siglo se podrá vivir hasta los 150 años".

¿Trasplantes ilimitados?

La idea de sustituir órganos envejecidos por órganos nuevos impresiona y despierta fascinación, pero los expertos advierten que no es tan sencillo. Pedro Manuel Sánchez, geriatra del complejo hospitalario de Albacete, pone en perspectiva la conversación: "Imagina que un órgano 3D funciona durante 70 años... ¿Pero qué pasa con los demás órganos que no se han reemplazado? ¿Y los huesos? Esos también envejecen".

En otras palabras, reemplazar una pieza del cuerpo no detiene el desgaste del resto. La cirugía y los trasplantes pueden alargar la vida, pero no garantizan que esa vida sea saludable o plena.

La genética, la verdadera clave

Muchos científicos coinciden en que la clave para vivir más años está en nuestros genes. Josep Corella, divulgador científico, explica que los avances actuales han sido prometedores, pero limitados: "Se han conseguido resultados en animales: gusanos, moscas, vertebrados, peces... pero todavía no hemos logrado mover el límite máximo de vida humana, que ronda los 100 años".

Modificar nuestros genes para retrasar el envejecimiento sigue siendo un reto enorme. Pedro Sánchez añade un matiz: "A menos que la inteligencia artificial acelere los descubrimientos y encontremos formas de reprogramar los genes, hoy por hoy es algo que llevaría décadas implementar en humanos".

Más años… pero con calidad de vida

Aquí está el verdadero desafío. No basta con sumar años al calendario; esos años deben ser disfrutables. "En los experimentos con ratones no se evalúa la calidad de vida: su independencia, movilidad, capacidad funcional… Eso es lo que realmente importa", señala Sánchez.

La ciencia promete alargar la vida, pero el verdadero reto será garantizar que esos años extras sean dignos de ser vividos. Mientras Putin y Xi sueñan con la inmortalidad, el resto de nosotros seguimos enfrentándonos a la misma pregunta: ¿queremos vivir más… o vivir mejor?