Hay bastantes productos de cosmética que llevan microplásticos en su composición. Principalmente son los exfoliantes, otros productos destinados a la limpieza de la piel, como jabones faciales y geles corporales, y en la pasta de dientes.

Para identificar que un producto cosmético lleva microplásticos hay que fijarse si en su composición aparecen determinados nombres como Polyethylene, Polypropylene, Polyethylene terephthalate y Polymethyl methacrylate, según nos explica Isabel Márquez, directora de Producto de Fridda Dorsch.

¿Qué efectos tienen en la contaminación de los mares?

Las microesferas que se encuentran en exfoliantes, geles de ducha y pastas de dientes tienen gran culpa del problema de la contaminación por plásticos. Una ducha puede suponer que 100.000 partículas acaben en los océanos, ya que al ser tan diminutas no se filtran en las depuradoras y terminan directamente en el mar, indica Gloria Pavía, directora de comunicación de Lush.

Afortunadamente en el Reino Unido y en otros países como Australia ya se ha prohibido su uso en cosmética, aunque en la UE sigue estando permitido.

¿Cuál es la alternativa a los microplásticos?

Hay microesferas biodegradables que tienen la misma eficacia que las partículas de polietileno y que pueden ser biodegradadas por procesos naturales como la degradación bacteriana o la luz solar, explica Isabel Márquez, de Fridda Dorsch.

En el mercado puedes encontrar muchas alternativas naturales: Lush apuesta por los frutos secos, como las almendras y las nueces, la piedra pómez en polvo, el azúcar granulado e incluso el tallo de bambú ; Esdor por la pepita de uva verdejo, la pepita/hueso de aceituna y el azúcar moreno, mientras que desde APIVITA explican utilizan distintos gránulos de procedencia natural como el hueso de oliva, semillas de albaricoque o sales marinas griegas de Mesolongi y del mar Muerto.

¿Y en los dentífricos?

También existen alternativas naturales en los dentífricos en farmacias y/o herbolarios “con sabores muy diferentes: desde las que utilizan sal marina, pero con un ligero toque final a menta, a otras más dulces, como la de Caléndula “, explican desde Weleda.

Pero... ¿y si además no quiero utilizar envases de plástico?

Otra opción para no utilizar envases, aunque sean reciclables o biodegradables, es directamente no utilizar ninguno como es el caso de los champús sólidos. Gloria Pavía, directora de comunicación de Lush, explica que una pastilla de este tipo de champús “equivale a 3 botellas de champú líquido de 250ml.

Lo que supone no solo un ahorro a nivel del plástico que se deja de fabricar sino también a nivel de CO2 ya que se necesita mucho menos espacio para transportarlo. Un camión lleno de pastillas de champú sólido equivale a los mismos lavados que 15 camiones de producto líquido".

La venta de champús sólidos en los últimos 13 años, añade Gloria Pavía, "ha supuesto el ahorro de 110 millones de botellas de plástico que no se han tenido que fabricar, lo que equivale a 3.000 toneladas de plástico". Hay diferentes champús sólidos según las necesidades de cada cabello: sal marina para da volumen, miel para nutrir, aceite de limón para dar brillo… y solo se utilizan ingredientes frescos para potenciar esos beneficios.