URBANO HÍBRIDO Y ELÉCTRICO
Un Lancia con apellido histórico… pero sin la rabia de antes
El compacto italiano todavía vive los primeros momentos de la cuarta generación; los cambios son notables respecto del antecesor, tanto en estética como en motores y potencia; la versión Line y una recomendación final

Publicidad
En Lancia han dejado claras sus intenciones de recuperar nombres históricos. Ocurrirá con las nuevas generaciones del Gamma y del Delta en 2026 y en 2029 a más tardar, respectivamente. Mientras los esperamos, a la expectativa de la recepción con que determinaremos si las nuevas facetas electrificadas a la altura del prestigio forjado por los modelos del pasado, la marca italiana no pierde el tiempo en el segmento B de los urbanos.
Un hatchback apenas por encima de los cuatro metros de longitud y que no concibe otra propulsión que no sea la electrificada. Híbrido o cien por ciento eléctrico, el Lancia Ypsilon de esta nueva era es una vidriera en sí misma, pues debes considerar a su propuesta estética como el primer atractivo, incluso sobre los dones de conducción, potencia y eficiencia. En pocas palabras, un compacto con personalidad. Eso sí: no se compara con la tercera generación, un estilo más peculiar, que partía de unas dimensiones más comprimidas.
Si te convence, pero además tu idea es obtener una faceta más deportiva, la marca turinesa perteneciente a Stellantis cuenta con el Ypsilon HF, que a su vez te despliega sobre la mesa un total de tres opciones de acabado y motorización. El más potente es el HF eléctrico de 280 caballos y luego aparecen las que más nos importan para esta ocasión: los Lancia Ypsilon HF Line, que salen de fábrica tanto en modo híbrido como en todo eléctrico.

Con menos rabia, por apariencia y tipos de motor, aunque hay uno que se presenta como punto justo
Si te preguntas qué significan las siglas, la respuesta es Alta Fidelidad. No, no refiere a una eventual diferencia en la calidad, sino, repito, en el alto desempeño. Ahora bien, ¿a qué nos referimos cuando decimos que estos Ypsilon le dan continuidad al nombre de tradición, pero sin la rabia de antes? Pues, algo adelantamos en el segundo párrafo. El Ypsilon antecesor te atacaba ya desde su apariencia, antes y después del rediseño del 2021, y más que la generación actual.
Si vamos a lo mecánico, todos los Ypsilon actuales sacan una amplia ventaja en la potencia en comparación con las cifras de la tercera generación, pero, partiendo de la premisa de que un motor de combustión sin ningún tipo de electrificación nos brinda sensaciones que nos hacen sentir más vivos –desde los cambios hasta el sonido y las vibraciones, y ni hablar si lo ponemos en la balanza con un EV–, la cantidad de caballos que se envíen a las ruedas acaba en un segundo plano.
En el caso del Ypsilon HF Line, el Ibrida cuenta con un motor híbrido suave de arquitectura de 48 voltios y 110 CV, mientras que en el Elletrico, el motor cero emisiones escala hasta los 156 CV. ¿Cuál recomiendo? El MHEV con el 1.2 turbo: más barato –27.200 euros–, ideal para acumular kilómetros en autopistas reduciendo el margen de consumo, nos garantiza etiqueta ECO y no llevamos el peso extra de una batería de alta capacidad que debamos parar a recargar. Si deseas conservar la rabia de un Lancia Ypsilon, esa versión promete.
Publicidad