NO SON POR CAPRICHO
¿Qué son esas líneas rojas pintadas que han aparecido en las carreteras españolas?
Hay quienes creen que la línea continua es algo así como una sugerencia. La DGT les dedica a ellos su última medida destinada a los tramos peligrosos.

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Lo mismo te las has encontrado ya en algún tramo y has pensado que el operario se había pasado con el vino antes de ir a pintar, pero no: las líneas rojas en las carreteras españolas son una idea perfectamente deliberada de la DGT para llamar la atención a base de color. Su función es hacer saber al conductor que está en una zona especialmente peligrosa para que no se atreva a adelantar justo donde más accidentes ocurren.
La primera aparición de estas líneas ha sido en la A-355, que es la carretera que une Marbella con Cártama, en Málaga. La llaman “la carretera del miedo” porque cada año suma una buena colección de siniestros muy siniestros. Por eso en Tráfico se han puesto creativos y han querido experimentar en este tramo con esta marca vial pintada sobre o entre las líneas blancas continuas con la idea de que un color tan llamativo ayudará a que el conductor reduzca la velocidad y extreme la precaución. En teoría, tiene su lógica, y en la práctica, habrá que ver si alguien se lo toma en serio o si termina siendo otro invento para hacerte leer artículos como este.
Hay que reconocer que en otros países, el uso de colores para remarcar zonas de riesgo ha demostrado cierta eficacia. Japón, por ejemplo, usa el rojo y el verde en tramos de frenada o de curvas ciegas. Pero en España tenemos ya casi más pintura que asfalto entre cebreados, pasos de peatones en 3D y carriles bici improvisados, así que el riesgo de saturar al conductor es real, y si todo el pavimento grita peligro, será como no poner nada.

Qué significa realmente la línea roja
En términos legales, la línea roja de la DGT no cambia absolutamente nada. Es una línea continua de toda la vida pero con un color más llamativo. Su función sigue siendo la de prohibir el adelantamiento y avisar de que se circula por un tramo de alta siniestralidad. Dicho de otro modo, no es una nueva señal ni un cambio de código, sino un refuerzo visual para el conductor despistado o confiado en exceso.
La idea es que esa franja roja actúe como un recordatorio constante de que adelantar puede costar caro. Parece mentira que haga falta una línea más para entender algo tan básico como que en una continua no se pasa.
De momento, esta medida está en fase de prueba y solo afecta a un tramo de diez kilómetros. Si las estadísticas bajan, no tardaremos en verla extendida a otras carreteras secundarias del país, y conociendo a la DGT, no sería raro que acabase convertida en algo nacional.

Las multas siguen siendo las mismas
Adelantar en una línea continua, sea blanca o roja, sigue siendo una infracción grave que te quita 400 euros y cuatro puntos en el carné. Ni la novedad cromática ni la “función doble” de la señal cambian eso, y como hasta ahora, sólo hay margen de maniobra en casos muy concretos como los de adelantar a un ciclista, a un ciclomotor o a un vehículo inmovilizado, y siempre sin invadir el sentido contrario.
La DGT defiende que estas líneas rojas en las carreteras ayudan a salvar vidas. Pero por otro lado, muchos conductores opinan que lo que realmente haría falta es mejorar los arcenes, eliminar puntos negros y revisar la señalización obsoleta además de mejorar el mantenimiento y la vigilancia.
Quizá el color funcione y logre que alguien levante el pie, quizá no, pero servirá para que más de uno sea consciente de que si adelanta por donde no debe, le costará caro y se le quedará la cara cuando abra la multa como esta línea: rojo intenso.
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