Dijo la 'popular' María Guardiola que "no traicionaba" su palabra "por ser presidenta a toda costa". Así se ha definido en varias ocasiones a lo largo de estas semanas, como una mujer "de palabra", de palabra "sagrada". Pero su palabra era la de que no gobernaría con Vox en Extremadura y finalmente le ha ofrecido un pactopor el que la extrema derecha entrará en el Gobierno de la región.

Le da la Consejería de Gestión Forestal y Mundo Rural, dos puestos en la Mesa de la Asamblea y un senador autonómico. Esto se suma a un acuerdo programático de 60 puntos.

Lo cierto es que Guardiola sorprendía cuando se mantenía firme a su 'no' a Vox. Se pronunciaba así, en una entrevista en Al Rojo Vivo hace menos de diez días: "Yo no voy a traicionar mi palabra por ser presidenta a toda cosa, si yo solamente pensara en mí, que es lo que están haciendo el resto de partidos, hubiera sido 'cojo la presidencia y ya veremos en cuatro años'".

También entonces barajaba la posibilidad incluso de ir a una repetición electoraly decía que quería lo mejor para Extremadura, y que si eso pasaba porque ella no estuviese al frente de la región, estaría "tranquila". "Habré hecho en conciencia lo que creo que es mejor para mi tierra. Es el ejemplo que le quiero dar a mis hijos y quiero dormir tranquila todas las noches", afirmó en ARV. En 'Onda Cero', en la misma línea, aseguró que si desde Madrid la obligaban a incluir a Vox en el Gobierno ella "no lo haría" y se quitaría de en medio antes de firmar algo así.

Pero aunque también creía contar entonces con un PP nacional que dejaba las "manos libres" a los líderes territoriales y con "libertad" para decidir cómo quería gestionar la política territorial, tardó menos de una semana en darse cuenta de que eso no era así.

Su postura, la de que no se podía "negociar a granel" con Vox "sin tener en cuenta que cada territorio es diferente" no fue bien vista por otros barones autonómicos que sentían que sus futuras negociaciones con el partido ultraderechista podían peligrar. Y es que, según informaron fuentes del PP a laSexta, aunque ellos cuentan con un equipo negociador diferente para cada comunidad, en el partido de Abascal lo hace un mismo equipo.

El PP es conocedor de que necesita a Vox. Sí, lo "necesita", dijo el propio Feijóo. Han necesitado a Vox en más de una comunidad y municipio tras las elecciones del 28M y lo necesitarán tras el 23J con casi toda seguridad. Así que las relaciones entre el partido de derecha y el de extrema derecha no podían verse lastradas por una voz que algunos 'populares' calificaban, en conversaciones con laSexta, de "valiente".

Así se lo hicieron sabera Guardiola durante la investidura de Isabel Díaz Ayuso como presidenta de la Comunidad de Madrid. Según pudo saber esta cadena, la extremeña percibió la frialdad de Carlos Mazón y de Alfonso Fernández Mañueco, que mantienen pactos con Vox en la Comunidad Valenciana y Castilla y León respectivamente. También recoge la presión de una Ayuso que sin necesitar a Vox incluso le tiende la mano.

Tras el evento, la candidata a presidir la región escribió a Pelayo Gordillo, el líder de Vox en Extremadura, para tratar de reconducir las negociaciones "sin reproches". Poco después, enviaba una carta a la militancia señalando que era "imprescindible" el "diálogo y el acuerdo" con Vox en Extremadura. Y fruto de ese giro discursivo es hoy el pacto por el que la extrema derecha entrará también presumiblemente en el Gobierno extremeño.