Las próximas elecciones vascas serán las más reñidas en Euskadi en mucho tiempo. El empate técnico entre las dos formaciones nacionalistas que auguran las últimas encuestas evidencia aún más la pugna tan reñida que se intuye el 21A.

En esta cita con las urnas, por primera vez la izquierda abertzale puede ganar y el PNV se arriesga a perder la Lehendakaritza tras 12 años seguidos en el poder. Todos los partidos políticos se juegan mucho . El PNV y EH Bildu luchan por el primer puesto, el PSE-EE pretende fortalecer su papel en Euskadi, el PP espera mantener sus diputados y subir levemente, y las encuestas barajan el hundimiento de Elkarrekin Podemos, la irrupción aparentemente suave de Sumar Mugimendua y la desaparición de Vox.

En unas elecciones tan igualadas, con un cambio generacional evidente en casi todos los partidos y con candidatos que apenas son conocidos por la sociedad vasca, cada partido lucha por conseguir su sitio en el tablero vasco. Estos son los retos y los posibles pactos a los que se enfrentan cada partido en las próximas elecciones autonómicas.

El PNV, tras el toque de atención del 28M

El PNV se enfrenta a un escenario inédito: un EH Bildu al alza que podría destronarle del poder tras 12 años en la Lehendakaritza. Como se demostró en las citas electorales del año pasado, tanto las municipales, forales y generales, el electorado del partido nacionalista está muy desmovilizado.

El primer "toque de atención" —como así lo calificó su presidente, Andoni Ortuzar— al que se enfrentó el PNV fue el 28M. En las elecciones municipales y forales perdieron 81.500 votos, decenas de concejalías e instituciones relevantes. Pero el temor en Sabin Etxea se volvió a repetir meses más tarde en las generales de julio. El 23J, el partido volvió a vivir un batacazo electoral y perdió 100.000 votos. Fue el mayor varapalo electoral sufrido en su historia reciente.

Los resultados muestran el evidente desgaste del PNV. Una de las razones podría deberse a la factura del poder en cuanto a su gestión de los servicios públicos, sobre todo en lo referente a Osakidetza —el servicio vasco de salud— pero también en torno a la educación. El gran reto del PNV se centra en volver a los votantes descontentos que se desmovilizaron en las pasadas elecciones municipales y generales y frenar la fuga de votos hacia la abstención.

Además, otro de los hándicaps a los que se enfrentan los jeltzales es que su candidato cale entre sus votantes. Iñigo Urkullu, quien ha estado frente del Gobierno vasco todos estos años, no será el candidato del PNV. En su lugar lo hará Imanol Pradales, un candidato mucho menos conocido , aunque según el Sociómetro del Gabinete de Investigaciones Sociológicas del Gobierno Vasco, de entre los que se presentan, Pradales es el candidato más conocido (44%), por delante de Miren Gorrotxategi de Elkarrekin Podemos (43%), de Eneko Andueza del PSE (41%) y de Pello Otxandiano de EH Bildu (36%). Y según otras encuestas, el mejor valorado.

Posibles pactos

Lejos se ha quedado el pacto al que llegaron PSE y PP en 2009 para sacar adelante un gobierno socialista. En aquellos comicios ganó el PNV pero Patxi López se convirtió en el primer lehendakari socialista en Euskadi gracias a un acuerdo entre su partido y el PP, segunda y tercera fuerza política en aquellos comicios.

En las siguientes elecciones, las de 2012, las de 2016 y las de 2020, hubo un gobierno de coalición entre el PNV y el PSE. Y esa buena relación se ha extinguido a todo el territorio vasco, donde comparten alcaldías. Así que todo apunta a que el 21A podría haber una reedición de la coalición.

EH Bildu, en el camino hacia la cima

Los analistas vascos ya lo venían anunciando desde hacía tiempo: el auge de EH Bildu cada vez era más evidente. Frente al batacazo del PNV en las elecciones municipales, forales y generales EH Bildu subió como la espuma. Y, ahora, el partido abertzale llega al 21A como una alternativa real tras décadas de gobiernos liderados por el PNV —salvo el pacto del PSE-PP de 2009 a 2012—.

El PNV siempre había sido un socio preferente en el Gobierno español y era el partido que conseguía acuerdos para Euskadi en Madrid, pero los últimos meses EH Bildu le ha quitado terreno, siendo un partido clave para sacar adelante las leyes de Pedro Sánchez. Es más, en las generales consiguió un diputado más que el PNV.

Ahora, tras años con Arnaldo Otegi como líder del partido, EH Bildu ha decidido optar por el cambio generacional con Pello Otxandiano a la cabeza; el primer candidato a lehendakari varón, que lidera la candidatura por Álava.

El posicionamiento respecto a ETA sigue siendo un asunto incómodo para el partido, pero el desgaste que pretendieron invocar el PP y Vox en las elecciones municipales al echar en cara al partido que en sus listas había siete exetarras no les pasó factura. De hecho, EH Bildu consiguió el 28M 69 concejales más que el PNV y subió de los 280.381 a los 297.181 votos, mientras el PNV bajó de los 408.766 a 322.373 votos.

Desde que ETA dejó de matar en 2011, alrededor de 220.000 jóvenes se han incorporado al cuerpo electoral vasco, algo más del 12% del censo. Además, el partido se aprovecha del hundimiento que pronostican todas las encuestas para Podemos y la escasa irrupción de Sumar, es decir el espacio político a la izquierda del PSE.

Posibles pactos

Aunque la mayoría de las encuestas le dan los mismos diputados a PNV y EH Bildu o dejan en el aire la posibilidad de que sea la izquierda abertzale el partido más votado del 21A, ganar las elecciones no le garantiza que consiga gobernar. Durante la precampaña electoral, el PSE ha asegurado en numerosas ocasiones que no dejará gobernar a EH Bildu en Euskadi, pero la relación que tiene el partido con los socialistas en el Congreso de los diputados deja en el aire la decisión final del PSE tras el 21A.

PSE-EE, la llave de la Lehendakaritza

Todo apunta a que en estas elecciones PNV o EH Bildu ganarán por la mínima y la llave de la Lehendakaritza estará en manos del PSE-EE. Los dos partidos nacionalistas tendrán que convencer a los socialistas. De hecho, el candidato socialista Eneko Andueza se ha mostrado convencido de que el 21A será "la persona que va a tener la llave del rumbo y el futuro del País Vasco".

Los socialistas aspiran a repetir su triunfo electoral en Euskadi de las últimas generales. El 23J fue el PSE el partido más votado, por delante del PNV y EH Bildu. Pero aunque el partido socialista vasco sea fuerte en las generales, en las autonómicas y municipales suele sufrir más. De hecho, mientras en julio fue el partido más votado en Euskadi, en las municipales de mayo, el PSE fue el tercer partido más votado por detrás de los partidos nacionalistas.

El objetivo del PSE es convertirse en un actor imprescindible en una Euskadi marcada por un paisaje nacionalista mayoritario en lo político. A pesar de haber estado en el Gobierno vasco durante estos años, al ser un socio minoritario su papel ha pasado más desapercibido.

El (también nuevo) candidato socialista, Eneko Andueza, ha asegurado en varias ocasiones que será el PSE "el partido que va a impedir que EH Bildu gobierne en Euskadi", por lo que todo apunta a que se podría revalidar un gobierno de coalición entre el PNV y los socialistas.

PP, esperanzado por crecer en Euskadi

El PP viene de ganar con claridad las elecciones en Galicia, pero el territorio de Euskadi nunca ha sido su fuerte y su capacidad de penetración en la sociedad vasca es débil.

Estas autonómicas, el Partido Popular ha apostado por la renovación de su candidato y de su mensaje. Javier De Andrés será el sustituto de Carlos Iturgaiz. El candidato popular aspira a llegar al votante descontento con los jeltzales. Durante sus actos, el PP ha pretendido simular a su partido en Galicia, desvinculado de la política nacional y centrado en elementos del territorio.

A pesar de que el PP haya pasado a segundo plano por la disputa de EH Bildu y PNV, además de la llave de la gobernabilidad que seguramente tenga el PSE, parece que De Andrés logrará mantener los seis escaños que ahora tienen los populares en el Parlamento vasco.

Podemos, en caída libre

El desgaste de la formación morada en Euskadi también es más que evidente. Ha pasado de ser el partido más votado en Euskadi en las elecciones generales de 2016 a no tener ningún diputado por esta comunidad autónoma en el 23J de 2023. Sin ir más lejos, en las municipales y forales del 28M de ese mismo año la formación morada fue la quinta fuerza más votada, por detrás del PP.

Elkarrekin Podemos concurre separado de Sumar, decisión que no tuvo buen resultado en las elecciones en Galicia, donde se quedaron fuera del Parlamento. Aun así, lo cierto es que el partido morado cuenta con una mayor relevancia que Sumar en Euskadi.

Además, a pesar de que las encuestas le dan tan solo un escaño o la opción de no tener ni siquiera representación en la Cámara vasca, Miren Gorrotxategi es la segunda candidata más conocida de entre todos los partidos políticos y su valoración es la tercera mejor de entre los candidatos a lehendakari, 4,8, por detrás del candidato de EH Bildu, Pello Otxandiano (5,3) y del candidato del PNV, Imanol Pradales (4,9).

¿Irrupción de Sumar Mugimendua?

La formación de Yolanda Díaz en Euskadi se presenta con una candidata desconocida, Alba García, en un territorio donde no tiene trayectoria . Pero pese a eso, y a no presentarse junto a Elkarrekin Podemos, las encuestas prevén que obtenga representación, entre uno y dos escaños. Así, Sumar pretende ocupar el espacio de Elkarrekin Podemos en la comunidad autónoma.

Vox, entre quedarse y perder su escaño

Las últimas elecciones autonómicas gallegas que tuvieron lugar el pasado 18 de febrero, dejaron a Vox fuera del Parlamento gallego. Ahora, llegan a las elecciones vascas dispuestos a confirmar su relevancia en este territorio. Pero las encuestas dejan en el aire la posibilidad de que la ultraderecha pierda su único diputado.

Según el Sociómetro del Gabinete de Investigaciones Sociológicas del Gobierno Vasco, Vox podría dejar de tener representación en el Parlamento tras perder el único escaño que obtuvo en las pasadas elecciones autonómicas. Fue en 2020, en plena crisis del coronavirus, cuando Amaia Martínez, que repite candidatura estas elecciones, consiguió un escaño por Álava y entró en el Parlamento.