Una de las preocupaciones de la sociedad actual es la alimentación y cómo llevar de verdad una dieta sana y equilibrada . Y es que hoy, 7 de abril (Dia Mundial de la Salud), debemos recordar que la alimentación es junto con el ejercicio y el sueño, los tres pilares claves de la salud.
Pero ¿cómo es realmente comer sano? "No va de sufrir, ni de restricciones dramáticas o prohibiciones extremas. Va de utilizar la alimentación para tu propio beneficio. Equilibrándola. Valorando cada contexto y cada situación", afirma a la sexta.com Andrea Sorinas, dietistas-nutricionista , experta en obesidad y nutrición clínica y autora del reciente libro publicado 'El libro que la industria alimentaria no quiere que leas: Compra bien, come mejor y mantén la motivación' (Libros Cúpula).
Comer sano es por un lado, "potenciar el consumo de verduras, hortalizas, frutas, legumbres, cereales integrales, huevos, pescados, frutos secos, carnes blancas, grasas saludables como aceite de oliva virgen extra o aguacate o alimentos poco procesados como un buen pan integral o el yogur natural", señala la experta.
Y por otro, "reducir el consumo de azúcar, harinas refinadas, grasas de mala calidad, sal o los alimentos ultraprocesados que los contengan". Esto es, "no estamos hablando de eliminar por completo los ultraprocesados, sino de comerlos con menos frecuencia y de forma consciente", matiza.
La fórmula de Sorinas para explicar en qué consiste realmente comer sano se sustenta fundamentalmente en dos claves: saber comprar y mantener después la motivación de comer sano. "Aunque hay muchos más factores que influyen en la alimentación saludable, comprar sano y mantener la motivación podría ser el 'primer escalón' para alcanzar una alimentación saludable", asegura la experta.
Qué hacer para comprar saludable
Hacer "bien" la compra es una de las claves, sin duda, para llevar una alimentación sana. De hecho, muchas veces decimos: mejor no lo compro porque así no lo como.
"Para comprar sano, es recomendable comprar preferentemente materia fresca sin procesar o alimentos poco procesados, con ingredientes saludables (botes de legumbres, conservas de verduras, vasitos de quinoa o de arroz integral o conservas de pescado al natural o en aceite de oliva…)", aconseja Sorinas.
Y destinar, por su lado, los ultraprocesados (galletas, yogures de sabores, fiambres, salchichas…) a consumo ocasional. Para saber si un alimento es ultraprocesado o no, basta con mirar las etiquetas de los alimentos: "Debemos evitar ingredientes como: azúcar, harinas refinadas, aceites de mala calidad y sal".
También, "los alimentos ultraprocesados también se caracterizan por contener aditivos como potenciadores del sabor, edulcorantes o colorantes. Además, etiquetas largas nos dan a entender que el producto ha sufrido mucha modificación", añade.
Por ello, aclara que "uno de los trucos fáciles que menciono en el libro es: 'Si tiene una etiqueta muy larga, con palabras que no entiendes, probablemente sea un ultraprocesado'. Busca en el estante a ver si encuentras otra opción mejor ¡y listo!'".
Qué hacer para mantener la motivación
En primer lugar, es importante "cambiar el enfoque que le estamos dado a esto de 'comer sano'. Para que el cambio de hábitos perdure en el tiempo, no hay que verlo como una imposición, sino disfrutar del proceso", sostiene Sorinas. Y para ello, una de las cosas que debemos concienciarnos también es en la de disfrutar y experimentar con la comida y la cocina, porque hay miles de opciones sanas.
Así, es clave "dejarnos de prohibiciones, de restricciones y de culpa. Porque no hay alimentos prohibidos, ni buenos o malos, todo depende del contexto y de la frecuencia con la que se consuman. Si seguimos viendo la alimentación saludable como una imposición, es imposible mantener la motivación en el tiempo", insiste.
Una vez cambiado el enfoque, hay tres pasos para motivarse a comer saludable, a los que se puede volver cuando la motivación decaiga y queramos recuperarla.
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- Fijarse un buen objetivo, uno efectivo realmente.
- Encontrar los motivos por los cuales quieres conseguir ese objetivo, y hacernos varias veces la pregunta de '¿Para qué quiero conseguir mi objetivo?', encontrando para ello, motivos reales y emocionales por los que valdrá la pena el cambio.
- Elaborar un plan de acciones concretas y específicas para lograrlo. "Un plan de acción es un listado para realizar en tu día a día con acciones concretas y específicas que te ayudarán a conseguir tu objetivo. Acciones que te ayuden a conseguir lo que deseas, pero, sobre todo, que puedas comprobar y validar".
"Ten en cuenta que un plan de acción es algo que debe permanecer vivo. De vez en cuando deberás revisarlo y adaptarlo a los cambios en tu vida. Por ejemplo, en verano es muy posible que cambies los horarios del gimnasio, y a lo mejor tendrás más tiempo para cocinar cada día, etc. y por último, es importante tenerlo todo agendarlo".