La microbiota o flora intestinal (a la que también llaman el 'segundo cerebro' de nuestro organismo) es un conjunto de organismos con dos funciones esenciales: metabólica e inmunitaria. Para mantenerla sana es importante llevar una dieta sana basada en una mayor proporción de alimentos de origen vegetal y no procesados, así como incluir en ella alimentos ricos en probióticos (como el yogur) y prebióticos.

Según explica la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), la función metabólica de la microbiota es la encargada de procesar y digerir los alimentos, los medicamentos, etc. y fomentar la diversidad de bacterias en el intestino; y la función relacionada con el sistema inmunitario significa que el 99% de los anticuerpos que tenemos en sangre depende del contacto que ha tenido el tubo digestivo con la microbiota.

"Tal es la importancia de la microbiota en el organismo, que su cuidado y correcto mantenimiento está estrechamente relacionado con la aparición de diversas enfermedades, tanto digestivas como no", añade la FEAD.

  • Enfermedades digestivas relacionadas con la microbiota: intestino irritable, enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa, enfermedad hepática avanzada, etc.
  • Enfermedades no digestivas relacionadas con la microbiota: enfermedades cardiometabólicas (como la hipertensión, el exceso de grasa en el hígado, la obesidad abdominal central, etc.) y autoinmunes (alergias, esclerosis múltiple, etc.)

Una buena alimentación desde la infancia hasta la edad adulta tiene relación directa con la diversidad de la microbiota. Por ello, y con motivo del Día Mundial de la Salud Digestiva (DMSD) organizado por la Organización Mundial de Gastroenterología (WGO, por sus siglas en inglés) que se celebra el 29 de mayo, la FFEAD quiere sensibilizar sobre el papel que juega una alimentación saludable y variada para controlar y mejorar la microbiota intestinal.

De este modo y Bajo el título "Su salud digestiva, un intestino sano desde el principio", la WGO aborda cómo las necesidades alimentarias del tracto intestinal de los pacientes cambian desde el nacimiento hasta la infancia y la edad adulta y explica la importancia de cuidarlas para identificar posibles anomalías y mejorar su funcionamiento.

Factores que influyen en la microbiota (o flora intestinal)

"Una correcta alimentación para cuidar y proteger la diversidad de la microbiota intestinal", afirma el Dr. Francisco Guarner, experto de la FEAD. Para ello es importante:

  • Llevar una dieta variada basada en una mayor proporción de alimentos de origen vegetal (frutas y verduras) y no procesados

"Aunque por lo general este tipo de alimentos son más difíciles de digerir, se ha demostrado que tienen una relación directa con la diversidad de la microbiota intestinal" explica el experto. Además, es importante también "vigilar la microbiota intestinal a lo largo de la vida, a través de una dieta fundamentalmente mediterránea. Pues a pesar de que nuestra microbiota se ha debilitado en los últimos 100-150 años y parece difícil volver a recuperar su nivel óptimo, el paciente puede modular y mejorarla a través de la alimentación", añade el profesional.

Por otro lado, existen algunos alimentos que, según demostraron a través un estudio en el que participaron varios grupos del Centro de Investigación Biomédica en Red de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN), influyen negativamente en la microbiota intestinal: alimentos ultraprocesados, aquellos que

Otros factores que afectan y regulan su funcionamiento son los siguientes: el consumo de medicamentos (especialmente, antibióticos), el descanso, hacer deporte, fumar o beber alcohol.

Es importante por ello, para mejorar la flora o microbiota: mantener un buen descanso y hacer ejercicio físicode forma regular, que ha demostrado, tal como contamos aquí, influir sobre ella. Por supuesto, evitar el alcohol y cuando estemos tomando ciertos medicamentos que puedan alterar la microbiota es clave preguntar a nuestro médico qué podemos hacer para que nos nos afecte tanto, para poder minimizar ese daño.

Microbiota: factores y grupos de riesgo

"Aunque la microbiota se puede cuidar y mejorar, especialmente a través de la alimentación, su descompensación varía especialmente en función a una serie de factores y grupos de riesgos determinantes", afirma el especialista.

  • Niños: la etapa más crítica en el desarrollo de la microbiota es desde el nacimiento hasta los 3 años. El contacto con la madre y el consumo de leche materna es clave para controlar la microbiota intestinal.
  • Personas mayores: la fragilidad está estrechamente relacionada con la diversidad y calidad microbiota. En ellas, la pérdida del gusto y la masticación se resienten y tienen a abandonar la dieta saludable rica en verduras hacia otros alimentos más salados y/o dulces.
  • Intolerancia a alimentos o problemas de adherencia: se recomienda adaptar la dieta alimentaria en lugar de restringir ciertos productos para mejorar la microbiota.
  • Diabetes: especialmente diabetes tipo 2, aquella relacionada casi directamente por la obesidad: el 80-90% de las personas con dietes tipo 2 tienen obesidad.
  • Obesidad
  • Sexo: la microbiota es menos diversa en hombres que en mujeres.

Por último, es importante destacar la importancia en general para la salud y en participar para la microbiota, de llevar a cabo una serie de recomendaciones como las que indica la FEAD: llevar una dieta saludable rica en fibra y alimentos vegetales; disminuir o reducir el consumo de azúcares y harinas refinadas, de grasas que no son saludable y sobre todo de alimentos ultraprocesados. También es clave reducir o evitar el consumo de alcohol.