GUADALAJARA

Castillo de Zorita de los Canes: ¿sabías que un Emir de Córdoba ordenó su construcción?

Viajamos hasta la provincia de Guadalajara para conocer el origen de la impresionante Alcazaba de Zorita de los Canes.

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Es el momento más que perfecto para poner rumbo a Castilla-La Mancha, concretamente hasta la provincia de Guadalajara. Allí encontramos numerosos municipios que cuentan con excepcionales monumentos y construcciones, capaz de dejar sin palabras a más de uno. Un claro ejemplo lo encontramos en el Castillo de Zorita de los Canes, situado en el municipio del mismo nombre.

Esta Alcazaba está ubicada sobre el cerro bajo el que se sitúa Zorita de los Canes, en la margen izquierda del río Tajo. Su posición no es producto de la casualidad, puesto que está situada en ese mismo punto por cuestiones meramente estratégicas. Se comenzó a erigir en el siglo IX por orden de Mohamed I, emir de Córdoba. Con posterioridad, concretamente en 1174, fue cedida por el Rey Alfonso VIII de Castilla a la Orden de Calatrava. A principios de junio de 1931, fue declarado Monumento Histórico Artístico.

El Castillo de Zorita de los Canes, a través de su historia

Mohamed I, emir de Córdoba, ordenó esta construcción en el año 852, a comienzos de su mandato. Y todo con la intención de defender el paso del río Tajo por la Cora de Santaver. Como consecuencia de las características de la roca sobre el que se asienta, este Castillo necesitó ser reformado desde un principio. De esta época se conserva el arco de herradura ubicado a la entrada de la alcazaba.

Esta construcción, como no podía ser de otra manera, fue centro de un gran número de rebeldías contra el poder del Emir de Córdoba. Una de las más sonadas fue la que protagonizó Calib ben Hafsum en el 886, que partió desde Zorita con la firme intención de saquear Toledo. Lejos de que todo quede ahí, Abderramán III utilizó esta alcazaba en el 924 para recuperar la Cora de Santaver. Así pues, se convirtió en centro de rebeldías contra el califa de Córdoba en años posteriores.

Castillo de Zorita
Castillo de Zorita | Imagen de Oilisab, licencia: CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons

Por si fuera poco, hay que mencionar que, a mediados del siglo XI, Al-Mamún, como rey de la taifa de Toledo, entregó no solamente la ciudad de Guadalajara sino gran parte de La Alcarria a Alfonso VI de Castilla. Y todo con la intención de ayudarle a ocupar el trono de la Corona de Castilla frente a su hermano Sancho II. Así pues, la ciudad pasó a manos castellanas en 1072, cuando Alfonso consiguió su objetivo. Más tarde, concretamente en 1097, el monarca castellano nombró a Alvar Fáñez alcaide de Zorita, aunque las tropas almorávides le derrotaron en 1110, cuando recuperaron la alcazaba. En 1124, esta construcción pasó a manos de los caballeros templarios para el Reino de Castilla.

No fue hasta 1174 cuando el Rey Alfonso VIII de Castilla cedió la alcazaba de Zorita de los Canes a la nueva Orden de Calatrava. De hecho, fue su principal refugio tras la derrota de esta Orden en la Batalla de Alarcos que tuvo lugar en 1195. Es más, aprovecharon para reformar esta construcción con nuevas murallas, pero también nuevas dependencias como es el caso de la iglesia. Fue el centro de esta Orden hasta la victoria castellana que se produjo en 1212 en las Navas de Tolosa.

Tras siglos repletos de enfrentamientos y batallas por el control de este lugar, a finales del siglo XV comenzó la decadencia de Zorita. De hecho, tanto el municipio como su castillo fueron comprados por el príncipe de Éboli en 1565. Desde entonces, esta construcción ha permanecido sin uso y en progresivo estado de abandono. ¡Una pena!

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