BADAJOZ

Castillo de Montemolín: su historia y su curioso vínculo con la Orden Militar de Santiago

Viajamos hasta la provincia de Badajoz para conocer el origen del Castillo de Montemolín.

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Es el momento más que perfecto para poner rumbo a la provincia extremeña de Badajoz, concretamente hasta Montemolín. Allí encontramos un gran número de construcciones y monumentos, entre los que destaca su Castillo. Se trata de una sorprendente fortaleza que data del último tercio del siglo XII. Está situado en un terreno alomado y, en sus proximidades, se encuentran los pueblos de Pallares y Monesterio.

El Castillo de Montemolín, a través de su historia

Se trata de una fortaleza almohade, considerada como un punto estratégico en el control de las comunicaciones entre Sevilla, Córdoba y Mérida. Aunque no existe constancia de la fecha en la que se inició su construcción, se dice que pudo ser erigida en el siglo XII sobre los restos de una mezquita, en las cercanías de Montemolín.

Las primeras noticias que se tienen de esta construcción nos hacen viajar al año 1246, cuando se produce la conquista del Castillo y se entrega a la Orden Militar de Santiago. El objetivo no era otro que repoblar la zona para, así, asegurar su defensa. Cabe destacar que la tipología de esta fortaleza es islámica, no solamente en cuestiones militares sino también constructivas.

En cuanto a los lienzos de este recinto amurallado, recorren una gran longitud, con la que se rodea la cima de un cerro desde el que se domina la población. Estos lienzos están elaborados a base de tapial encofrado y cuenta con torres prismáticas adosadas a la muralla. Su forma es similar a un rectángulo de 130 metros de largo por 50 metros de ancho, adaptándose a la perfección a las curvas del nivel.

Castillo de Montemolín
Castillo de Montemolín | Imagen de Revista Madreselva, licencia: CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons

No podemos dejar de mencionar que, en el flanco suroriental, se conservan los restos de una barbacana cuya función era proteger la puerta principal, así como dos torres adosadas características de una fortaleza árabe. Algo que se adoptó en construcciones romanas y bizantinas. Del recinto principal quedan restos de varios cubos macizos, dos cubiertos y el resto exentos, así como dos torres, que son la del Homenaje y la de Miramontes.

Es importante recordar que, durante la posesión del castillo por parte de la Orden de Santiago, se llevaron a cabo muy pocas obras de restauración y mantenimiento de esta construcción. Algo que se sabe debido a las actas levantadas tras las visitas realizadas en el año 1550 por la Orden a la Villa. Décadas más tarde, en 1608, la ciudad y fortaleza de Montemolín fueron enajenados por el Rey Felipe III.

Pero no todo quedó ahí, puesto que se otorgó el título de Marquesado de Montemolín a unos banqueros genoveses con la intención de liquidar varias deudas que había contraído la monarquía con ellos. No podemos dejar de mencionar que, en el año 1779, la villa procedió a comprar su propia jurisdicción, con el objetivo de independizarse de los genoveses.

En el año 1819, el Rey Fernando VII la enajenó por segunda vez, en este caso para su hermano Carlos. Eso sí, poco después, la ciudad fue eximida definitivamente del dominio. En la actualidad, este Castillo es uno de los grandes atractivos del municipio extremeño de Montemolín. ¡Y siendo honestos, no es para menos!

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