Una chica planea pasar sus vacaciones en las Islas Maldivas y allí decide hacer snorkel para deleitarse con las vistas del fondo marino. Sin embargo, se ve sorprendida por la aparición de un grupo de tiburones nodriza de unos 100 kilos.
La joven, enfermera de profesión, continúa buceando pero uno de ellos "debía tener un mal día", apunta Miki Nadal, porque le da un mordisco en la espalda. Ella vuelve a entrar en el agua para grabar el aspecto de la mordedura del tiburón. "Eso sí que es un tatuaje para toda la vida", espeta el zapeador.
"El agua todo lo cura", comenta Dani Mateo, y Quique Peinado destaca que "tiene que estar escociendo" la herida con el agua salada y que la historia da para más "likes que dientes", aunque reconoce que prefiere "un cenicero con forma de concha que una mordedura de tiburón" como 'souvenir'.