Robo de película

Paco Jiménez señala los tres "puntos negros" en la investigación del robo del Louvre, en vídeo

El periodista indica que este robo ha expuesto varios fallos de seguridad que están siendo analizados por el personal del museo. "Ha demostrado que atracar el Louvre es mucho más fácil de lo que cuentan en el cine", afirma Jiménez.

El periodista indica que este robo ha expuesto varios fallos de seguridad que están siendo analizados por el personal del museo. "Ha demostrado que atracar el Louvre es mucho más fácil de lo que cuentan en el cine", afirma Jiménez.

El periodista Paco Jiménez visita Zapeando para hablar sobre el que el robo ocurrido el pasado fin de semana en el Museo del Louvre. Muchos ya lo consideran el robo del siglo ya que los ladrones se llevaron joyas de valor incalculable.

Aunque muchos consideran que este robo ha sido "de película", el periodista expone que, en realidad, "ha demostrado que atracar el Louvre es muchísimo más fácil de lo que cuentan en el cine". Jiménez indica que los ladrones solo necesitaron disfrazarse con un chaleco, aparcar un camión con una escalera elevadora junto al museo y romper la ventana.

Los cacos, además, tampoco necesitaron armas de fuego, tan solo varias herramientas para romper los cristales. "El robo duró, solamente, siete minutos. De ellos 3 minutos y 59 segundos fue lo que estuvieron dentro del Louvre", expone el periodista.

El periodista señala que el robo ha dejado a la vista varios fallos de seguridad que están siendo analizados al milímetro. "Ahora mismo hay tres puntos negros en la investigación que son muy llamativos", destaca Jiménez.

Paco indica que a nadie le pareció sospechoso que hubiese un camión elevador aparcado junto al museo. Este estaba sobre una acera y en sentido contrario al tráfico. "Además, no había ninguna obra ni construcción que justificase que estuviese allí aparcado", indica el periodista.

"La alarma de la venta por la que entraron los ladrones llevaba varias semanas desactivada porque, al parecer, saltaba de manera errónea cuando no ocurría nada", explica Jiménez. "Esta circunstancia puede demostrar que los ladrones tenían un contacto dentro", señala, "o bien que alguno de ellos trabajase allí".

Jiménez expone que cuando saltaron las alarmas, a las 9:37 h de la mañana, "justo un minuto antes de que los ladrones huyesen". "Nadie puede explicar cómo tardó tanto tiempo en activarse esa alarma que dejó a los atracadores a su libre albedrío", añade el periodista.

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