La Luna lleva fascinando a la humanidad desde el principio de los tiempos: es el único satélite del planeta Tierra, influye en las mareas y hasta le da romanticismo a las noches. No es de nadie, pero a la vez todos sentimos que es nuestra, y nos equivocamos, porque resulta que la Luna tiene un dueño.

Técnicamente, la Luna no debería de ser de nadie, porque en 1967 la ONU estableció el Tratado de Espacio Exterior por el que ningún país se podría apropiarse de ningún planeta o ninguna estrella. Pero el estadounidense Dennis Hope vio un vacío legal y decidió apropiarse de la Luna en 1980 registrándola a su nombre.

Luego fundó la empresa 'Embajada lunar' y desde entonces vende la Luna por parcelas a un precio de entre 32 y 50 euros, por los que ha ganado 110 millones de euros. Entre sus clientes están George Bush, Tom Hanks, Nicole Kidman, John Travolta, George Lucas, Tom Cruise, Clint Eastwood, Mik Jagger o Isabel II.