Un gato demuestra que estar en forma no solo es un objetivo para los seres humanos, también para los animales o, al menos, para él. El minino acude al gimnasio para completar su rutina de ejercicios y decide calentar con unos abdominales.

El animal se tira al suelo y, apoyando sus patitas traseras sobre una de las máquinas, comienza a elevar su tronco una y otra vez para trabajar su 'core' con una técnica que nada tiene que envidiar a la de un humano.

"A pesar de las agujetas, el gato está contento. No parará hasta volver a llegarse a sus partes", bromea Iñaki Urrutia. No te pierdas este divertido momento en el vídeo principal de la noticia.