Medidas que sí rentan
Cuiden al inquilino: ¿quién no quiere bajar los alquileres?
¿Por qué es importante? Dos años después de la entrada en vigor de la Ley de Vivienda, laSexta Columna visita algunos de los lugares donde la están aplicando, como Barcelona, para comprobar que ya hay ciudadanos que pagan menos por su alquiler gracias al tope de precios.

Vivir de alquiler en Madrid hoy es un deporte de riesgo. Si usted lo padece -como es altamente probable- o conoce a alguien cercano en esa situación -aún más posible-, sabe de lo que le hablo.
La incertidumbre de recibir una temible llamada anunciando una subida imposible de asumir; el miedo a llamar al casero para decirle que han salido humedades o que se ha estropeado el frigorífico; el agobio ante las limitadísimas opciones de encontrar algo decente en caso de expulsión del piso en el que, a lo mejor, llevas unos cuantos años; la pena de abandonar un barrio, con todas las redes que fuiste tejiendo, porque ya no te lo puedes permitir.
Para dar respuesta a esta emergencia habitacional, con los inquilinos desamparados frente a la falta de alternativas, en mayo de 2023 entró en vigor la esperadísima Ley de Vivienda. Entre las medidas estrella estaba la de limitar los precios en aquellas zonas declaradas tensionadas. Dos años y medio después, gran parte de las comunidades autónomas —que tienen las competencias para gestionarla— no la han aplicado.
Sí lo ha hecho Cataluña, donde el precio medio del alquiler ha bajado un 5% (casi un 9% en Barcelona).
Allí, en laSexta Columna, hemos podido hablar con una beneficiaria directa de la ley. Patricia paga casi 200 euros menos de alquiler después de plantar cara a sus caseros, acompañada del Sindicat de Llogateres. Le estaban cobrando por su piso más de lo que fija el índice de referencia usado en esas zonas tensionadas. Y, para colmo, le habían ocultado su condición de gran tenedor.
La desigual lucha, esta vez, la ganó el eslabón más débil del mercado inmobiliario. Está "contenta", dice, "pero alerta ante cualquier cambio". No se fía.
Los alquileres que bajan, y los que suben
En Guipúzcoa acaba de publicarse el índice de precios de referencia para topar los alquileres en zonas tensionadas. Lo estaban esperando en Errenteria, el primer municipio vasco que se acogió a esa condición. En unos meses podremos comprobar su impacto con números en la mano, pero allí nos cuentan inmobiliarias y ayuntamiento que desde hace meses ya han observado una consecuencia directa: los inversores especuladores compran menos casas. Quien compra es porque quiere vivir allí, no forrarse.
Frente a la contención y caída de precios donde se aplica la ley, las subidas desbocadas donde se niegan a hacerlo. Por volver a Madrid: según Idealista, el alquiler se ha disparado un 11% respecto al año pasado. En provincias limítrofes, como Segovia o Guadalajara, ese aumento es aún más notable: 18,7% y 15,4%, respectivamente.
La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, esta misma semana ha reiterado que no piensa intervenir en el mercado. Eso de la libertad, ya saben. Y lo dijo en un foro organizado por el mayor fondo buitre del mundo. Mientras, alquilar en su comunidad cuesta hoy un 122% más que hace diez años, según Fotocasa.
Por poner un ejemplo real: en 2015, quien esto escribe se mudó a un pequeñísimo piso, bien situado, por el que pagaba 400 euros. En 2025, ese mismo piso -si sigue como alquiler de larga duración y no ha sucumbido a los gentrificados cantos de sirena de la 'airbnbzación'- podría intentar colártelo cualquier comercial de corbata verde por casi 900 euros.
Los críticos con la ley se empeñan en repetir que provoca la disminución de la oferta. Lo que nunca dicen es que, si hay menos movimiento, es en muchos casos porque son contratos más estables. No disminuye el número de familias que viven de alquiler.
Teniendo en cuenta que los números respaldan esa necesaria contención y caída de los precios, todas y todos los dirigentes que siguen rechazando aplicar esta Ley de Vivienda deberían, al menos, darle una oportunidad.
Porque es, sin duda, una de las grandes preocupaciones del ciudadano de a pie. Es un tema que está en la calle, entre amigos, familia, compañeros de trabajo. Una urgencia que se cuela en libros, series -vean 'Poquita fe'- y hasta en letras de carnaval. Jesús Bienvenido, primer premio en comparsa con la maravillosa Las Ratas, dedicó este febrero toda una cuarteta de su popurrí a recordarnos el artículo 47 de nuestra "intachable, leal, incuestionable" Constitución.
Cuando llegaban a eso de regular la utilización del suelo "de acuerdo con el interés general para impedir la especulación", el grupo soltaba una irónica carcajada.
Como la que parecen dedicarnos a los inquilinos todos aquellos que nos niegan la oportunidad de vivir más tranquilos, más seguros, con menos incertidumbre, mientras animan a buitres y especuladores a seguir haciéndose de oro a nuestra costa.
*Sigue a laSexta en Google. Toda la actualidad y el mejor contenido aquí.
*Puedes ver el programa completo de laSexta Columna 'Vivienda a tu alcance: medidas que sí rentan' en atresplayer.