En junio de 1990, un joven juez de nombre Baltasar, organizó algo nunca visto hasta entonces: una macrooperación policial secreta que despertó del narcosueño a decenas de traficantes que se sentían intocables. La llamaron 'Operacion Nécora'. Más de 30 años después, Baltasar Garzón recuerda para laSexta Columna cómo fue.
"La primera operación fue era descabezar a las organizaciones en sus máximos responsables", apunta el juez en el vídeo sobre estas líneas, donde asegura que, con esta operación, consiguieron acabar "con la desfachatez de los narcos que ocupaban las calles y la gente se tenía que esconder".
"Eso es una labor institucional que corresponde al Estado: tiene que estar presente. Cuando un Estado se muestra ausente nos encontramos con asesinatos múltiples como en México, con campañas políticas en las que treinta y tantos candidatos son eliminados", apunta Garzón. Después llegaría la 'ley Corcuera', o de la 'patada en la puerta', que permitía que la policía entrara en las casas sin la autorización de un juez cuando sospechara que se traficaba con drogas, que fue derogada por inconstitucional tras sólo nueve meses.
Más Noticias
- Barrancos, el episodio de la Guerra Civil que demuestra que españoles y portugueses son más que vecinos
- La mujer que puso el clavel en el fusil de un soldado portugués se emociona al recordar el histórico momento
- El último capitán vivo de la Revolución de los Claveles desvela cómo surgió: "Tengo un pinchazo con el coche..."
- De acabar última en Eurovisión a iniciar la Revolución de los Claveles: la canción que es historia de Portugal
- "La base del nacionalismo portugués es 'no somos españoles y no queremos serlo'": la reflexión del profesor Diego Palacios
España siguió eligiendo la vía de la persecución policial para acabar con las drogas, una guerra inacabable que, según Baltasar Garzón, por sí sola ha fracasado: "Es imposible acabar con el tráfico de drogas con el sistema de represión actual que existe en el mundo", sentencia.
Se cumplen 50 años
La mujer que puso el clavel en el fusil de un soldado portugués se emociona al recordar el histórico momento
"Un soldado me dijo: '¿Por casualidad, señora, no tendrá un cigarrillo?' Le dije: 'Tengo aquí un clavelito', y lo saqué. Y lo puso en el cañón de su pistola, y yo repartí todos los claveles que tenía", recuerda Celeste en este vídeo de laSexta Columna.