Deborah García Bello, química y divulgadora científica, analiza en Más Vale Tarde la crisis de los 'pellets' de plástico en el litoral cantábrico. La experta explica que su nombre correcto en la industria es 'granza' y que no se trata de un microplástico "porque no está en la escala de las micras", si bien señala que, si pasa mucho tiempo en el mar, "se irá erosionando y acabará convirtiéndolo en microplástico con el paso del tiempo".

"La granza en sí no es tóxica, pero si se va degradando en el mar, sustancias contaminantes se le van pegando y podrían ingerirlas los peces y causarles problemas endocrinos", apunta García Bello en el vídeo sobre estas líneas. En este sentido, señala que el polietileno del que están compuestas las bolas no es tóxico, si bien es un contaminante que, en gran escala, podría llegar a la cadena trófica. Sin embargo, explica que esto no llegaría a ocurrir en Galicia "porque aunque suene mucho 25 toneladas de plástico es muy poca cantidad".

La divulgadora señala que esta catástrofe, comparada con la ocurrida en Sri Lanka, "no es para nada de la misma magnitud" y tranquiliza a los pescadores y consumidores: "El pescado que llega a la lonja va a seguir pasando por los mismos controles de seguridad que siempre, con lo cual el pescado que llega de las costas gallegas es absolutamente seguro".

García Bello también destaca la importancia de que la empresa del buque naufragado informe de la composición de las bolitas, pues aunque las pruebas indican que se trata de "polietileno puro sin ningún tipo de aditivo", la granza podría tener algún tipo de aditivo que sí podría ser tóxico.