Ana Sotodosos es auxiliar de enfermería en una residencia a las afueras de Madrid. Ahora, habla con Jordi Évole sobre la crisis del coronavirus y, en concreto, la trágica situación en la que están muchos ancianos en las residencias de mayores.

"Yo creo que no lo tenían previsto. Esto no se ha previsto de ninguna manera en ningún sector, pero, evidentemente, en residencias estaba claro que iba a ser así de duro y han tardado mucho en cerrar los centros de día primero y en evitar que entraran los familiares", destaca Ana, que afirma que, aunque "es muy triste no puedan entrar, hay que evitar el contacto con la gente".

Preguntada por Jordi Évole sobre el número de fallecidos que ha habido en su residencia, la auxilia prefiere "no decirlo", porque, afirma, "son demasiados". "Me he encontrado una residencia en la que faltan muchos de los ancianos que había. Tengo la sensación de estar trabajando en otro sitio".

Sobre cómo afronta su trabajo en esta crítica situación, Ana confiesa que aunque, "hay ratos que lloras, luego tienes que seguir, por ellos y por ti": "Hay momentos en que el silencio cuando jamás había habido silencio porque en una residencia hay mucho bullicio y mucho movimiento de gente. Y el silencio estremece".

Por otro lado, Ana explica que su "centro es público de gestión privada" ya que "en la Comunidad de Madrid hay muy pocos centros públicos de gestión pública". Preguntada por Évole sobre las diferencias entre un centro público y un centro público de gestión privada", Ana lo tiene claro:

"En los centros gestionados por una empresa, esa empresa busca beneficios y cuando tú buscas beneficios y no solo el bienestar de los residentes, está claro que vas a recortar por algún sitio", critica la auxiliar, que destaca que "hay servicios que no pueden ser un negocio": "No puede ser un negocio la sanidad pública, ni la educación ni las residencias de ancianos".

"Las administraciones saben que las empresas están para ganar dinero, pero bueno, es este tipo de política que piensa en el beneficio de algunos en vez de en el beneficio de los de las personas mayores", lamenta Ana, que explica la situación en la Comunidad de Madrid: "Lo único que le exige a la empresa es lo mínimo porque no está dispuesta a poner más dinero".

Además, Ana recalca que "los recortes en personal se ven cada día". "No se puede mercantilizar el cuidado de los mayores. Después de una vida dura en la que ellos han pasado mucho y han trabajado muy duro, se merecen un cuidado de verdad", afirma Ana, que resalta que cuando su "profesión sea digna, la vida de los ancianos también va a ser digna".

Por último, Jordi Évole le pregunta por qué ha hablado si estas críticas le pueden suponer un problema en su trabajo. "No vale el miedo", afirma Ana, que destaca que su máxima es que "el miedo nunca conquistó derechos". "Con el miedo no vamos a ningún sitio, en esto y en todo lo demás. Tenemos que seguir luchando por su bienestar y por el nuestro. Claro que lo cuento, lo contaré siempre. No, no, no vale el miedo", concluye.

Otros momentos destacados

Jordi Évole también charla sobre la crisis del coronavirus con Emilio Aragón, quien destaca la importancia de la comedia para vivir: "Nunca hay que perder esa idea y esa noción de que la vida es un drama. Es un drama, pero menos mal que tenemos un salvavidas que se llama humor".

Además, el actor y músico desvela que el coronavirus también ha golpeado a su familia: "Tengo mucha ansiedad y miedo".

Jordi Évole también entrevista a Rosa María Sardá, quien realiza un duro análisis de la sociedad que nos espera tras la crisis del coronavirus: "No saldremos mejores. Seguirán acumulando cuatro lo que es necesario para millones. Seguirán vendiendo armas, explotando gente y llegando pateras. No sé cómo los que tienen más de dos duros pueden dormir tranquilos".

Además, Évole habla con el exjuez Baltasar Garzón, que se recupera de la neumonía bilateral tras infectarse por coronavirus: "Vi la punta de la guadaña, pero no me abandoné".

Por otro lado, el padre José Luis Sáenz cuenta a Jordi Évole cómo vive junto a las familias la pérdida por coronavirus de un ser querido y destaca que "si Dios no existiera, no tendría sentido nada". "Una chica gritaba en el crematorio que le asegurasen de que era su madre", recuerda.

Por su parte, Adela Cortina afirma que "en los partidos políticos hay demasiada gente que no busca el bien común, sino sus propios intereses. Eso es política inmoral". Además, la filósofa señala que "hemos despilfarrado dinero público en batallas ideológicas en vez de invertirlo en Sanidad".