Gervasio Deferr sorprendió en las olimpiadas de Sydney 2000, cuando se alzó con la medalla de oro en salto de potro. Confirmó su enorme talento cuatro años más tarde, en Atlanta 2004, donde reeditó su título de campeón olímpico, y en Pekín 2008, con la plata en la modalidad de suelo. Pero detrás de todo esto, estaba Gervi, "el que también lo ha hecho mal". La periodista Paloma del Río define su historia como la del "Maradona de la gimnasia".
La adicción al alcohol, las drogas y una depresión fueron el resultado de las secuelas que le dejó a Gervi una vida dedicada al deporte y la competición extrema.
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Ahora, recuperado tras pasar por una clínica de desintoxicación durante casi un año, entrena a los jóvenes del barrio de La Mina, en Barcelona. En su libro 'El gran salto', escrito también con Roger Pascual, explica sus duras vivencias y cómo logró salir de ellas.