Hace 50 años
El otro 2 de mayo: cuando las mujeres comenzaron a romper sus cadenas legales
¿Por qué es importante? Recordar que hasta 1975 las mujeres necesitaban permiso del marido para casi todo es esencial para entender que la igualdad no fue un regalo, sino una conquista reciente y frágil.

El 2 de mayo de 2025 no solo marca la conmemoración del levantamiento contra los franceses. También debería recordarse como el aniversario de otro tipo de liberación: la del yugo legal que obligaba a las mujeres españolas a vivir bajo la obediencia al varón.
Hasta 1975, el artículo 57 del Código Civil lo decía sin rodeos: "La mujer está obligada a obedecer al marido". Y no era solo una frase. Era la base legal de un sistema profundamente patriarcal que exigía permiso masculino para cualquier decisión.
Con esa ley en vigor, las mujeres necesitaban autorización de sus maridos o padres para trabajar fuera del hogar, sacarse el carnet de conducir, viajar, realizar trámites legales, heredar bienes o incluso interponer una denuncia.
La ley también establecía que el marido era el administrador legal de los bienes y el representante jurídico de la mujer, además de tener derecho a decidir el lugar de residencia familiar, al que ella debía seguirlo obligatoriamente.
Un año antes de su derogación parcial, muchas mujeres ya se rebelaban contra este marco discriminatorio. Empezaban a surgir voces que pedían una ley por la igualdad. Pero el peso del franquismo seguía cayendo con fuerza, y la imagen oficial de la mujer seguía confinada al hogar.
La Sección Femenina de la Falange, dirigida por Pilar Primo de Rivera, reforzaba el rol subordinado de la mujer, definida como un "complemento del hombre". En televisión y en los manuales de formación femenina, se repetía una y otra vez: el destino de la mujer era servir.
Aquel sistema legal y cultural no cayó por completo con la derogación parcial de 1975. La plena capacidad jurídica no se reconoció hasta 1981. Pero aquel año marcó un punto de inflexión. El artículo 57 fue reformado y, con él, se rompió una parte del andamiaje jurídico del patriarcado.
Hoy, medio siglo después, conviene recordar que no hace tanto que las mujeres vivían sin derechos plenos. Que lo que hoy parece obvio —la libertad de decidir sobre una misma— fue una conquista. Una conquista que les debemos a quienes lucharon en aquellos años grises, incluso cuando todo estaba en contra.