Las puñetas de la justicia

Justicia saturada y lenta: los números que muestran la realidad de los juzgados españoles

Los datos Con 4.518.944 asuntos pendientes, más de seis millones de casos nuevos cada año y apenas 1.822.190 sentencias dictadas, los ciudadanos sufren retrasos que pueden prolongarse durante meses, mientras faltan jueces en los juzgados más importantes

Justicia saturada y lenta: los números que muestran la realidad de los juzgados españoles

La apertura del curso judicial tuvo una protagonista: Isabel Perelló, la primera mujer en presidir el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y el Tribunal Supremo. Con 67 años, considerada progresista y cuarta de su promoción entre 150 jueces, Perelló representa un cambio simbólico en un mundo judicial dominado por hombres.

Viene de una familia de comerciantes textiles de Cataluña, y su abuelo fue fusilado durante el franquismo. Políglota, divorciada y amiga de la ministra Margarita Robles, no tiene redes sociales, pero ha protagonizado titulares por sus gestos firmes en defensa de la igualdad, como cuando acusó a su predecesor, Carlos Lesmes, de usar lenguaje sexista.

Sin embargo, más allá de la historia y los símbolos, la pregunta que preocupa a todos los ciudadanos es otra: ¿cómo está realmente la justicia en España? Y la respuesta deja claro que el sistema sigue enfrentando grandes retos.

Falta de jueces y saturación de los juzgados

En España hay 5.785 plazas para jueces, pero se necesitarían al menos 642 más, sobre todo en los juzgados de instrucción y de primera instancia, los primeros puntos de contacto del ciudadano con la justicia. Ahí se abren los casos, se reciben denuncias y se dictan las primeras sentencias. La falta de personal se nota y repercute directamente en los tiempos de resolución.

Entre 2023 y 2024, los plazos se han alargado en todas las jurisdicciones. Desde que se cierra la instrucción hasta la primera sentencia, la media es ahora de siete meses y medio, con cifras más altas según la jurisdicción: civil: 10,3 meses, contencioso-administrativo: 13 meses, social: 12,2 meses, mientras que en lo penal se mantiene más bajo: cuatro meses.

Actualmente, hay 4.518.944 asuntos en trámite, una cifra que refleja la presión constante sobre los juzgados. Cada año entran entre seis ysiete millones de casos, y aunque este año se ha alcanzado un récord de 1.822.190 sentencias, los juzgados siguen saturados. La justicia funciona, pero funciona lenta y con presión extrema sobre jueces y personal.

Desmontando mitos: las denuncias falsas

Y en medio de estos datos, un tema es el de las denuncias falsas por violencia de género. Es uno de esos mitos que circulan sin que la realidad lo respalde. En 2024 se registraron 199.094 denuncias, pero la gran mayoría no fueron presentadas directamente por la víctima en el juzgado. Cerca del 90% llegaron tras la intervención de la policía, alertada por gritos en una vivienda, o a partir de partes de lesiones enviados por hospitales tras agresiones. Solo el 1% fueron presentadas directamente por la mujer en el juzgado sin intervención de terceros.

Y si hablamos de denuncias que realmente pudieron ser falsas o que están siendo investigadas por sospecha de falsedad, los números se desploman: apenas 17 casos, lo que equivale al 0,009% de todas las denuncias registradas, según la Fiscalía General del Estado. La realidad desmonta el mito: las denuncias falsas son extremadamente excepcionales, y no pueden servir de argumento para cuestionar la protección de las víctimas.

La figura de Perelló simboliza un cambio: la primera mujer en un mundo de hombres, con un historial de defensa de la igualdad y transparencia. Pero la justicia que ella preside necesita más que símbolos: requiere jueces, recursos y reformas para no dejar a los ciudadanos esperando meses o incluso años por una respuesta que debería ser rápida y eficaz.