El presidente de la Junta de Andalucía y líder del PP andaluz, Juanma Moreno, ha matizado este viernes que él no ha hecho ninguna "llamada al transfuguismo". Dice que lo que ha hecho es animar a diputados del Partido Socialista a rebelarse contra Pedro Sánchez ¿Cómo? Votando al candidato a la presidencia, Alberto Núñez Feijóo, en la investidura del próximo 26 y 27 de septiembre. "El voto es libre y el acta es de cada diputado", ha dicho Moreno.
Estas declaraciones han sorprendido al PSOE, que ha calificado este llamamiento como "puro esperpento". Lo ha dicho la ministra en funciones Raquel Sánchez, que también ha señalado que se trata de "una muestra de los desesperados que están (el PP) ante una investidura, que lo único que ha hecho ha sido hacernos perder tiempo a los españoles". Y en la misma línea se ha mostrado Sumar, que lo ha tildado de "ridículo" y "poco ético".
Además, su líder, Yolanda Díaz cree que es "fruto de la desesperación" y le ha pedido a Feijóo que "respete la democracia y la Constitución". Mientras, en el PP, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, ha apelado a formar un "mismo bloque" que defienda "la Constitución de 1978". Y se ha mostrado seguro de que en "ese bloque hay muchos diputados socialistas". Algo parecido a lo que ha dicho hoy la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Que ha asegurado que le gustaría ver a algún diputado del PSOE votando en contra de la investidura de Sánchez.
Sin embargo, estas triquiñuelas políticas no son algo nuevo en España. Ya las ha usado el PP varias veces. De hecho, el Partido Popular se salió del pacto anti transfuguismo después de que el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, se salvara de una moción de censura en 2021. López Miras se aseguró su asiento gracias a tres diputados de Ciudadanos que dejaron tirado a su partido. Fue una moción de censura promovida por Inés Arrimadas junto al PSOE para echar del gobierno murciano al presidente murciano. Los números daban. Pero los principios no. Tres diputados del partido naranja cambiaron de opinión 72 horas antes de la votación. Después de haber firmado que iban a ser fieles a su partido. ¿A cambio de qué? De mantener sus sillones.
Fracasó la moción de censura. Y el pacto anti transfuguismo calificó a López Miras de tránsfuga. Pero para entonces, el PP ya había abandonado el pacto. Otra jugada que casi le sale bien a los populares: la votación de la reforma laboral. Sergio Sayas y Carlos García Adanero, dos diputados de UPN, estuvieron a punto de tumbar la reforma. Los socialistas llegaron a un acuerdo con la dirección de su partido para que votarán sí a la reforma. Sin embargo, los dos votaron no. Aun así salió adelante gracias al error de Alberto Casero, diputado del PP. Pero los dos diputados tránsfugas de Unión del Pueblo Navarro hoy forman parte del Partido Popular. A pesar de haberlo negado, en su momento, en 'Al Rojo Vivo'.
Pero la historia del transfuguismo no se entendería sin el 'Tamayazo'. La traición política más recordada en nuestro país. Cuando dos miembros del PSOE madrileño impidieron al socialista Rafael Simancas convertirse en Presidente de la Comunidad de Madrid. Y la gran beneficiada fue Esperanza Aguirre. Los socialistas e Izquierda Unida sumaban un diputado más que el PP y Aguirre iba a ser la gran derrotada. Pero Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez se dieron a la fuga de la Asamblea y en Madrid no hubo Gobierno progresista. Aguirre fue nombrada presidenta de la Comunidad de Madrid gracias a dos tránsfugas socialistas y 20 años después le gustaría que los diputados del PSOE voten en contra de Sánchez.
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