La lucha por el control de la libertad de las mujeres toma forma desde Estados Unidos. El Tribunal Supremo del país ha puesto todas las trabas que ha podido al aborto, y algunas empresas han reaccionado ante esta reducción de los derechos básicos: pagarán los gastos de los viajes de sus trabajadoras que quieran abortar y tengan que irse a otro estado para poder hacerlo. Walt Disney, los propietarios de Facebook e Instagram, JPMorgan y Microsoft han sido las primeras, pero habrá más.

Porque para poder abortar en EEUU, a partir de ahora, dependerá del estado en el que se viva. En el otro lado, la situación ha llegado a un punto tan salvaje que en el estado de Idaho prometen pagar 20.000 dólares a quien señale a un familiar que haya abortado. Según Emilio Doménech, periodista de 'Newtral.es' en Nueva York, se están implementando leyes en los últimos días que comprenden penas de prisión de entre uno y diez años para aquellas que practiquen abortos, e incluso en algunos casos 99 años de cárcel para aquellos médicos o proveedores médicos que practiquen operaciones de este tipo.

También, incluso, penas y multas que van hasta los 100.000 dólares en algunos casos. Pero hay más ejemplos de la locura que se está viviendo en EEUU tras la sentencia del Supremo. Hasta los datos de las aplicaciones para controlar la menstruación podrían servir de prueba en un juicio contra una mujer que aborte. Porque estas aplicaciones revelan todo sobre la salud menstrual y, por tanto, también sobre posibles embarazos. Incluso los datos de localización son capaces de situarnos en una clínica abortiva.

Tanto es así que un grupo de más de 40 congresistas demócratas ha remitido una carta a Google en la que piden que dejen de recopilar datos de localización para proteger a las mujeres. Ante ello, plataformas como Clue, la aplicación menstrual más descargada, se han apresurado a tranqulizar a las usuarias asegurando que nunca van a compartir datos que puedan utilizarse en su contra: "Estamos, y siempre hemos estado, comprometidos con la protección de sus datos privados de salud. (...) Nunca permitiremos que nadie lo use en tu contra".