Juego de poder

La batalla del cónclave: 19 órdenes religiosas se disputan el alma del Vaticano

Entre líneas
Los jesuitas, con el legado de San Ignacio y el papado de Francisco, lideran una lucha sin precedentes. Con 33 cardenales religiosos entre los electores, el próximo papa será resultado de un juego de poder entre las órdenes más influyentes.

La batalla del cónclave: 19 órdenes religiosas se disputan el alma del Vaticano

La relación del papa Francisco con la Basílica de Santa María la Mayor, a solo 200 metros de la embajada argentina en Roma, tiene un trasfondo mucho más profundo de lo que parece a simple vista.

Desde su época como cardenal, Francisco ha visitado este santuario 126 veces, siendo la última nueve días antes de su muerte. La basílica, dedicada a la Virgen María, figura central en su vida espiritual, fue el lugar donde San Ignacio de Loyola celebró su primera misa en 1538, un evento clave para la orden de los jesuitas, a la cual pertenece el papa.

Este templo, venerado por el pontífice, fue también escenario de un intento de robo en su juventud, una anécdota que, lejos de restarle mística, refuerza la conexión personal de Francisco con el lugar.

Pero, ¿cómo se reflejan estas conexiones en el poder e influencia de las órdenes religiosas dentro de la Iglesia? Con 19 órdenes participando en el próximo cónclave, el juego de poder religioso se hace más evidente.

Los jesuitas, la orden con más miembros del mundo, cuentan con más de 16.000 integrantes repartidos en 120 países, además de 2.700 colegios y universidades. Su influencia va más allá de la educación, siendo conocidos por sus relaciones históricas con la aristocracia, gracias a generosas donaciones de monarcas y nobles.

Junto a ellos, los salesianos, con más de 14.000 miembros y una presencia en 130 países, también juegan un rol crucial.

En un cónclave con 133 cardenales electores, 33 pertenecen a alguna de estas congregaciones, lo que representa un porcentaje significativo. En este contexto, las órdenes más poderosas, como los jesuitas, franciscanos y salesianos, están bien representadas.

Con Francisco, siendo el primer papa jesuita, la posibilidad de que otro miembro de su orden ocupe el trono papal parece una probabilidad más que remota. De los salesianos, dos cardenales españoles podrían influir en el resultado.

Sin duda, el cónclave se perfila como una batalla de poder entre estas órdenes, con una fuerte representación de la influencia jesuita que ha marcado la trayectoria del actual pontífice.