Queremos saber cómo se produce la supuesta venta de la niña en un poblado chabolista griego, a cuatro horas de la capital. Nos muestran el lugar donde María pasa los cinco años de su vida. Aquí viven 340 menores, de los que uno de cada tres no va a la escuela. Descubrimos que la familia acusada de comprar a María no vive en una chabola. La niña es una máquina de hacer dinero.

Los medios de comunicación griegos creen que el caso de María es sólo la punta del iceberg. ¿Hasta dónde llega el negocio de traficar con menores? Buscamos la respuesta en la ONG que ha acogido a la niña que recibe actualmente 1.000 llamadas diarias con alertas de menores explotados. En tres años se multiplican por ocho las inscripciones sospechosas en el registro de Atenas.

Gracias a María y sus otros hermanos postizos, los falsos padres cobran 3.000 euros al mes en ayudas públicas. Pero se sospecha que aún sacan más dinero, exhibiendo a la niña que supuestamente han comprado. Niños como María son una fuente de ingresos para muchas familias pobres en Grecia.

El número de indigentes se ha duplicado en dos años. En toda Europa está prohibida la mendicidad infantil. Aquí, es sorprendente la cantidad de menores que se ganan la vida en la calle. El centro de la capital está lleno de niños vendedores ambulantes.

Hablamos con dos menores que venden rosas. Tienen 12 y 15 años. Nos cuentan que trabajan todos los días. Dicen que todo el dinero que ganan es para sus padres, que están en paro. En dos horas recaudan 15 euros. Las limosnas se duplican si es un menor el que pide: los niños son un negocio rentable. ¿Cuántos menores son víctimas del tráfico de personas?