Tras encontrar los cuerpos de Miguel Ángel Domínguez, de 39 años, y de su hija María, de tan solo ocho, en su casa de Almonte, Huelva, con decenas de puñaladas; la policía realizó hasta 700 entrevistas en todo el pueblo para descubrir quién les mató. Entre los sospechosos, como explicó el criminólogo, Javier Durán, a este programa de Equipo de Investigación en 2019 que laSexta ha vuelto a emitir este domingo, se encontraba "una persona de la zona, que tenía antecedentes por delitos sexuales, y una banda de ladrones del entorno".

También una persona de "nacionalidad marroquí" después de que un vecino denunciara que le había visto con cortes en los brazos y manos; y el dueño de un bar al que acudía la víctima, ya que su casa estaba justo al lado. "Él voluntariamente se personó ante la Guardia Civil para comentarles que tenía un entorno complicado y que había tenido algún que otro escarceo con temas de narcotráfico, a esto se sumaban deudas pendientes y que le habían amenazado", comentó el criminólogo, que asegura que también se valoró que los asesinos, que iban contra él, "se hubiesen equivocado de vivienda".

La investigación también se centró en una persona de origen rumano a la que Miguel Ángel había pillado robando en el supermercado donde trabajaba días antes de su asesinato. "Llamó a la Policía y le amenazó de muerte". "Sé donde vives y que tienes una hija pequeña", le dijo.

Sin embargo, todos ellos fueron descartados. El asesino de Miguel Ángel y de su hija "les conocía perfectamente y sabía dónde vivían". "Fue un crimen por venganza o por saldar una cuenta pendiente", dijo el criminólogo en la intervención que puedes ver en esta noticia, donde explica por qué se descartó a todos estos sospechosos.

*El contenido al que hace referencia la información forma parte de un programa de Equipo de Investigación de 2019 que laSexta ha vuelto a emitir este domingo.