Las mujeres iraníes no siempre han estado tan privadas de libertad como ocurre en la actualidad. Echando la vista atrás, vemos incluso fotos de mujeres en Irán con minifaldas y peinados a la moda, especialmente en los años 60, bajo el mandato del Sha de Persia.

La apertura del Sha chocaba con las tradiciones del pueblo iraní y eso, unido a la vida de despilfarros del matrimonio imperial, provocó el triunfo de la revolución islámica. Así se puso fin al régimen del Sha, dando paso a la llegada del ayatolá Ruhollah Jomeini.

Las mujeres son las grandes perjudicadas de este cambio, pasando a ser consideradas como ciudadanas de segunda clase. Heredan la mitad que los barones, no se les permite montar en bicicleta o moto y necesitan el permiso de sus padres para casarse.

El sexo está prohibido fuera del matrimonio y las mujeres necesitan el permiso de los hombres para trabajar y viajar y deben cubrirse la cabeza desde pequeñas.