Miguel Delibes ha sido uno de los profesionales más críticos con el proyecto de la ampliación de regadíos de Doñana que pretende llevar a cabo la Junta de Andalucía. El Ejecutivo andaluz asegura que se van utilizar aguas superficiales para los cultivos que no afectarían al parque, pero el biólogo asegura que "ese agua no existe" y que, además, la normativa europea y española dice que no se pueden ampliar los regadíos: "Es un brindis al sol, no tiene ningún sentido prometer un agua que no se puede dar".

El presidente del Consejo de Participación explica que la UE y la UNESCO aceptaron un plan de acción pactado entre todos y que, en su día, aplaudieron tanto el Gobierno de Rajoy como el de Susana Díaz, por lo que ahora "no podemos llamarnos a engaño, que a la UE o a la UNESCO les parezca que les estamos engañando", señala.

"Estamos haciendo daño a todos, a Doñana, a los regantes, a la imagen de España y Andalucía en Europa y en el mundo", afirma, y propone otra vía de actuación: "Debemos renunciar a esa ley, una ley vacía de contenido y asumir la responsabilidad, todos juntos, de buscar soluciones enfangándonos, bajando al terreno, discutiendo, viendo caso por caso, no buscando soluciones mágicas, que pueden tener un éxito político a corto plazo pero que, desde luego, no resuelven los problemas".